Las personas que conformamos la comunidad de Arizmendi Ikastola tenemos ante nosotros un curso plagado de oportunidades y retos. Recientemente las ikastolas hemos celebrado nuestra séptima Asamblea donde acordamos las principales líneas de futuro, fijando bases sólidas para desarrollar un paradigma educativo que responda a la realidad actual. Un objetivo común nos unió a las 114 ikastolas el 22 de junio en Pamplona; ayudar a educar al ciudadano vasco que hemos diseñado entre todos; personas euskaldunes, emprendedoras, transformadoras y cooperativas que incidan activamente en nuestra sociedad y que tengan solidez interna. Y ahora, tras el descanso veraniego, en el inicio oficial de curso celebrado en el Colegio Kattalin Elizalde de Senpere, reafirmamos ese compromiso de seguir construyendo la Euskal Herria del mañana.

Se dice rápido, sí, pero si creemos en una educación más allá de las paredes de la ikastola, nuestros retos tienen que estar necesariamente alineados con los retos de la sociedad vasca. Te propongo un ejercicio rápido. ¿Te has puesto a pensar cuáles son los retos a los que se enfrenta la sociedad vasca actual?

Retos actuales de la sociedad vasca

Iñaki Iurrebaso en su tesis nos da un par de pistas. En la construcción de Euskal Herria tenemos que poner el foco en la revitalización de nuestra identidad y, especialmente, de nuestra lengua y para ello nos hace propuestas diferentes. Una de ellas es la de reforzar los Arnasguneak, espacios para que, más allá de la educación, la ciudadanía pueda hablar en euskera de forma libre. Ahí es donde tenemos el primer reto. En un contexto en el que nuestra comunidad es cada vez más global y diversa, nos corresponde tener en cuenta la realidad demográfica para incidir en la realidad sociolingüística actual. Aquí tenemos el segundo reto, ofrecer una atención adecuada a toda persona que viene a nuestro pueblo y atraerla a la comunidad del euskera, dando pasos hacia una inclusión real entre todos. Construir conjuntamente una Euskal Herria euskaldun de colores diversos, que sea para todos, partiendo de la identidad cultural y lingüística que tengamos.

Es evidente que estos retos requieren una apuesta tanto por parte de las ikastolas como del Departamento de Educación y del resto de instituciones. Nos toca a todos tener visión, estrategia y valentía. Porque sólo sumando fuerzas conseguiremos dar pasos firmes. Y es que, junto al resto de centros escolares y agentes sociales, nos corresponde preparar el suelo para esos niños, niñas y adolescentes que en el futuro serán agentes activos en nuestra sociedad.

No tenemos desafíos menores. Avancemos con fuerza e ilusión.

¡Bienvenidos al curso 2024- 2025!