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Los hogares vascos vuelven al pesimismo
El estudio de confianza de los hogares vascos trata de sondear la opinión de los hogares vascos con respecto de la evolución socioeconómica general en los próximos doce meses. Y la visión es bastante pesimista (-7) como lo son en el Estado (-25) y en la UE-27 (-22). El año 2022 ya venía marcado por el repunte de los precios (especialmente de los productos energéticos) que se agudiza con el conflicto bélico en Ucrania, situación que no parece que vaya a resolverse en el corto plazo. En definitiva, los hogares europeos comparten esta situación y, en consecuencia, el mismo pesimismo.
Estas son algunas de las claves del estudio de Laboral Kutxa.
¿Cómo se construye la confianza de los hogares vascos y su evolución?
Los hogares vascos son pesimistas con respecto de la evolución de la economía general (-20) y del hogar (-17), directamente impactada por un repunte en los precios que recorta su capacidad de gasto. Pero todavía son optimistas sobre la evolución del desempleo (8) y su capacidad de ahorro (1).
Pero, sobre todo, mantienen unas expectativas claramente pesimistas con respecto de la evolución de los precios (-52) que, en este segundo trimestre de 2022, registra uno de los peores datos.
Estas expectativas se alinean con los datos registrados (mayo) por la CAE, con una cifra histórica en la afiliación a la Seguridad Social (986.436 personas afiliadas, +23.222 que en mayo de 2021), que sigue rebajando las cifras de paro registrado (113.352 personas, -9.266 que en mayo de 2021). No obstante, se confirma que el crecimiento económico del primer trimestre había sido algo más débil del previsto (+1,0%, en tasa intertrimestral, Eustat) y se consolida la escalada de la inflación subyacente, que roza el 5% (avance-mayo).
Los hogares van a reconsiderar y dimensionar sus estrategias de gasto e inversión, de acuerdo con su fondo de ahorro y la previsible subida de tipos de interés.
¿Cómo afecta la confianza en el gasto y la inversión del hogar?
Los hogares vascos empeoran la valoración del momento actual para la realización de grandes compras (-35), por lo que las expectativas de realización de estas grandes compras se deterioran un poco (-7). Además, se debilita la expectativa de compra de vivienda y de vehículo.
De hecho, el crecimiento del consumo de los hogares vascos ya ralentizaba su mejoría (+3,1%, primer trimestre de 2022, Eustat) y, definitivamente, la matriculación de vehículos nuevos mantiene su perfil de pérdida (-11,3%, en tasa interanual, acumulado enero-mayo). Por el contrario, la compraventa de viviendas sigue recuperándose (+16,6%, enero-marzo), superándose los niveles pre pandemia y cerca de los resultados de 2007 (primer-segundo trimestres).
Deterioro de las expectativas
La inflación y las consecuencias del conflicto bélico han deteriorado las expectativas de los hogares vascos, muy sensibles a los pronósticos que vienen rebajando la recuperación anticipada para 2022, después de dos años complejos. La confirmación de una trayectoria inflacionista que parece que se va a alargar y que ya se extiende a un panel creciente de bienes y servicios (efecto “bucle”) es compartida y deteriora fuertemente la confianza de los hogares vascos y europeos.
Los hogares van a reconsiderar y dimensionar sus estrategias de gasto e inversión, de acuerdo con su fondo de ahorro y la previsible subida de tipos de interés. Eso sí, todo ello, calibrando sus decisiones ante una temporada estival “normalizada” después de dos veranos de restricciones.