Las empresas vascas: retos de cara a 2025
Pocas veces después de la segunda guerra mundial, el mundo en el que vivimos se ha enfrentado a situaciones de gran inestabilidad como lo está actualmente. Estamos viviendo un cambio de fuerzas geopolítica con una China que emerge ya sin complejos frente a una Europa con grandes incertidumbres económicas especialmente de sus dos motores, Francia y Alemania, y frente a un Estados Unidos que está bastante ocupado con la llegada de la nueva era Trump, donde es difícil prever cuales de sus anunciadas amenazas de proteccionismo y guerra comercial podrá llevar a cabo. A esto hay que sumar la más que evidente crisis climática, la guerra en Europa, la transición energética, la reconversión del sector automoción europeo, la inestabilidad política en gran parte de las potencias económicas (Corea del Sur, Alemania, Francia, Austria …) y todo ello sin olvidar el nivel de deuda pública de gran parte de los países occidentales que tras la pandemia alcanzó cifras nunca vistas.
Acabo de dibujar conscientemente un escenario que muchos, yo misma, tildarán de poco prometedor y sin embargo, debo indicar que más complejo parecía el primer trimestre de 2020 y aquí estamos hoy, no sin esfuerzo y sacrificios por supuesto pero pocos pensaban en aquel primer trimestre que nos íbamos a recuperar de aquella situación de esta forma.
Este panorama de optimismo empresarial está fundamentado, en el informe elaborado por LKS Next junto a ISEA, la Facultad de Empresariales MU Enpresagintza y MIK, informe que refleja la capacidad de resiliencia y adaptación del tejido empresarial en Euskadi
En definitiva, aquella lección aprendida de necesidad de rápida reacción ante los retos que inesperadamente nos pone el devenir de la naturaleza, la sociedad o la economía es lo que seguramente hace que, las empresas vascas afrontan 2025 con una actitud optimista y una clara apuesta por la innovación, el talento y las inversiones.
Este panorama de optimismo empresarial está fundamentado, en el informe elaborado por LKS Next junto a ISEA, la Facultad de Empresariales MU Enpresagintza y MIK, informe que refleja la capacidad de resiliencia y adaptación del tejido empresarial en Euskadi.
Un crecimiento sostenido en ventas y empleo
Los datos no dejan lugar a dudas: el 95% de las empresas consultadas prevé mantener o aumentar sus ingresos este año. Aunque el porcentaje de empresas que esperan incrementar su cifra de negocio ha disminuido ligeramente respecto a 2024 (del 56,1% al 53,7%), el optimismo general se refuerza con un descenso notable en las previsiones de reducción de ingresos, que han pasado del 8,9% al 3,3%. Este optimismo también se refleja en el ámbito laboral, donde solo el 6,8% de las empresas contempla reducir plantillas, una mejora respecto al 8,3% registrado el año pasado.
Inversión y competitividad como motores clave
La voluntad inversora también es un indicador destacado en el informe. Más del 32% de las empresas planea incrementar sus inversiones en 2025, mientras que el 57,2% las mantendrá en niveles actuales. Esta tendencia está alineada con una estrategia de mejora competitiva que se apoya en factores como la innovación, el desarrollo de nuevos productos y servicios (62% de las respuestas) y la captación de talento (56%). Además, las alianzas estratégicas y la mejora de la productividad también ocupan un lugar central en las prioridades empresariales.
Más del 32% de las empresas planea incrementar sus inversiones en 2025, mientras que el 57,2% las mantendrá en niveles actuales
Retos y oportunidades
A pesar del optimismo, el estudio identifica diversos retos que podrían condicionar la actividad empresarial en Euskadi. Entre ellos, destaca la demanda incierta del mercado (72,2%), seguida por el incremento de los costes laborales (50,4%) y la escasez de personal cualificado (50,1%). La aceleración de los cambios tecnológicos y las exigencias medioambientales también se posicionan como factores emergentes a considerar.
Sin embargo, estas dificultades también ofrecen oportunidades para consolidar modelos de negocio más sostenibles y tecnológicamente avanzados. La clave, según el informe, radica en fomentar las dinámicas colaborativas entre empresas, como el intercambio de buenas prácticas (52%), las visitas a empresas avanzadas (39%) o el acceso a talento joven para impulsar nuevos proyectos (28%).
Talento y alianzas, los pilares del éxito
El talento sigue siendo el factor competitivo más relevante para las empresas vascas, citado por más del 88% de los encuestados. En un mercado laboral cada vez más exigente, la captación y retención de profesionales cualificados se ha convertido en una prioridad. Asimismo, las colaboraciones y alianzas estratégicas ganan protagonismo, aumentando del 57% al 63% en un año.
La internacionalización y el marketing, aunque ocupan un lugar secundario en el estudio, también representan áreas de oportunidad para aquellas organizaciones que buscan diversificar sus operaciones y fortalecer su posicionamiento global.
Un futuro lleno de oportunidades
El tejido empresarial vasco demuestra una vez más su capacidad para adaptarse a los cambios y mirar al futuro con optimismo. La combinación de innovación, talento, colaboración y una clara orientación hacia la sostenibilidad posiciona a las empresas de Euskadi como referentes en un entorno económico cada vez más competitivo. En definitiva, aunque los retos son significativos, las perspectivas para 2025 muestran un escenario lleno de oportunidades para consolidar un modelo económico robusto, innovador y comprometido con el desarrollo sostenible.
Conclusión
Tenemos una cultura emprendedora y de innovación en Euskadi que históricamente ha enfrentado los momentos difíciles con trabajo duro, determinación, valentía y capacidad de cambio. Las empresas vascas están decidiendo abordar esta realidad con optimismo materializado en inversiones en tecnología y digitalización, talento, alianzas y salida al mundo. Euskadi siempre ha pensado en largo plazo y hoy lo estamos haciendo de nuevo, el éxito no será solamente competir y ganar en 2025; sino terminar esta década fortalecidos, creciendo nuestro tejido industrial, ganando cuota de mercado y presencia en el mundo. Los datos muestran que estamos apostando a ello y tenemos motivos para, sin ser confiados, ser prudentemente optimistas.
Fuente: opinión publicada en elDiario.es