LANA: líderes en la segunda transformación de la madera
Lana, S. Coop. surgió en 1960 como una forma de acercar al mercado los productos de los baserritarras: leche, carne de vacuno y madera. Con el tiempo, la cooperativa fue evolucionando hasta centrarse exclusivamente en la división forestal, con su propio aserradero en Oñati a partir de 1973. “Entonces, con el tronco que procesábamos vendíamos la madera en forma de palets y tablón para construcción y bricolaje”, rememora la presidenta de Lana, Mirari Zilaurren.
Ya en los años 90, con una fuerte crisis económica, y tras la salida de los socios productores de la cooperativa, se transforma en cooperativa industrial. “Vemos la oportunidad, tal y como se estaba haciendo en Europa, de fabricar productos de segunda transformación de la madera, mucho más resistentes, sin abandonar el aserradero”.
Ese fue un paso fundamental en la vida de Lana, la producción del tablero tricapa a partir de 1995, gracias al que la cooperativa ha llegado a las cuotas de mercado actuales. “Había que invertir en maquinaria y los socios tuvieron que volver a hacer una aportación de capital en ese momento, era como empezar de cero”, explica Zilaurren, quien destaca la capacidad de adaptación y la visión de futuro de las socias y socios de Lana como las claves del éxito de la cooperativa.
Lanzamiento al mercado europeo
Centrando ya su actividad en la segunda transformación de la madera, cierran el aserradero en 2000 y deciden realizar una inversión de 12 millones de euros en la ampliación de las instalaciones de Oñati, en 2002.
Vendían en España y Portugal, pero no eran competitivos en Europa porque el 80% de la madera la compraban allí y después de procesar tenían que repercutir el coste del transporte. “Queríamos crecer, pero para ello teníamos que dar el salto allí donde estaba la materia prima”. Así es como se lanzan al mercado europeo con la apertura de una planta en Chequia, en la que invierten 14 millones de euros.
Los inicios en Chequia no fueron fáciles porque a la crisis de 2008-2012 se sumaba la entrada a un mercado desconocido para ellos y con una gran competencia. “Nos hizo cambiar nuestra forma de pensar y hacer y aprendimos mucho. Luego eso se trasladó también a la planta de Oñati”, asegura la presidenta de la cooperativa. Y a pesar de que se vieron fuertemente afectados por esta crisis, reduciéndose las ventas en Oñati a un 30%, la cooperativa salió reforzada.
“El hecho de ser una cooperativa, con el apoyo de LagunAro y dentro de MONDRAGON es lo que nos salvó. Se pasaron años muy duros, pero teníamos ilusión y pensábamos que eso cambiaría y así fue”, dice con satisfacción.
En 2010 empezaron a hacer la viga H20 que se utiliza para la construcción, sobre todo en Europa, y para 2012 empezaron a crecer sus ventas en todo el mundo. A partir de 2017 iniciaron una nueva línea de negocio, la producción de pellet con los residuos de la madera, en la que invirtieron 2 millones de euros y que está teniendo una importante acogida, principalmente en Italia.
Ya en 2019 hicieron nuevas inversiones en Oñati, que ascendieron a 11 millones de euros, con el fin de robotizar la planta, incrementar sus capacidades productivas de tablero tricapa y emplear madera procedente no solo de Centro Europa, sino también de nuestros bosques.
Sobre la crisis sanitaria actual, Zilaurren reconoce que “no la hemos sufrido como otros sectores”. “En Chequia no paramos y aquí dos semanas. Sí nos ha afectado en cuanto a protocolos, pero por lo que se refiere a las ventas, no nos hemos visto afectados”.
Actualmente, en Oñati trabajan 80 personas y en República Checa, 125. El número de personas socias asciende a 60.
Si de algo se sienten orgullosos en Lana, S. Coop. es de la colaboración y apoyo a la comunidad a través del deporte base tanto de Oñati, como de localidades vecinas; de la vinculación a asociaciones culturales del municipio, así como su impulso a actividades en euskera o su apoyo a causas solidarias apoyando al buque de salvamento “Aita Mari” con ayuda económica, equipamiento de buceo o un desfibrilador.
Pero el apoyo no queda solo aquí. En Chequia también están apoyando deportes como el fútbol o el hockey entre las chicas y chicos de la localidad donde está instalada la planta.
Gestión forestal sostenible
En Lana, S. Coop. consideran fundamental la gestión forestal sostenible. Disponen del sello de calidad FEFC, lo que significa que el 90% de la madera utilizada procede de bosques que van a ser renovados.
“La madera es un material vivo, sostenible, es algo natural que va a crecer y nosotros que la vamos a procesar creemos en ello”, explica la presidenta de Lana, S. Coop., Mirari Zilaurren. Esto les ha llevado a volver su mirada hacia los bosques de Euskadi porque “veíamos que éramos muy dependientes de la madera de Europa, con lo que supone de transporte, y esto ha hecho que empecemos a consumir madera de aquí” señala. La inversión realizada hace apenas dos años ha servido, entre otras cosas, para utilizar más madera de nuestros bosques.
“Los socios de Lana estamos mirando siempre al futuro. El no tener miedo nos ha llevado hasta donde estamos hoy”, concluye.
- Reportaje original publicado en: KONFEKOOP Revista