Laboral Kutxa presenta el informe de economía vasca de 2013

El informe revela los datos más significativos de 2013 y avanza las expectativas para 2014 y 2015. Al respecto, afirma que el futuro económico está repleto de elementos que aportan incertidumbre.
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Xabier Egibar, subdirector general y Joseba Madariaga, director de estudios de la entidad.
22/07/2014

Respecto a los datos relativos al año 2013, el informe revela los siguientes aspectos:

-       El año 2013 el PIB de la CAPV disminuye un -1,2%, caída idéntica a la acaecida en el conjunto del Estado, y prácticamente similar al registro del -1,3% habido en la Comunidad Foral de Navarra. La lectura más positiva viene porque mediado 2013 se inicia la recuperación que permite que la caída en el conjunto del año sea inferior a la habida en 2012 en los ámbitos geográficos objeto de análisis.

-       Lo anterior hace que el comportamiento del mercado laboral no invite al optimismo. Concretamente se produce una disminución del empleo en todos los ámbitos territoriales, con caídas del 3,8% en la CAPV, del 4,2% en la CF de Navarra y del 3,1% en el conjunto del Estado.

-       En cuanto a la magnitud más influyente, la tasa de paro, se sitúa en el 15,8% en la CAPV, incrementándose un 0,9% con respecto a 2012, mientras que en la CF se incrementa hasta el 18,1% y en España alcanza el 26,4%. La conclusión es que poco a poco las tasas de la CAPV y de la CF se van alejando de las europeas y la tasa española recoge un deterioro extraordinario y sin parangón.

-       Desde la perspectiva de la oferta sobresale la debilidad general de comportamiento de todos los sectores. En este sentido destacan las caídas habidas en el sector de la construcción seguidos por el industrial y el de servicios, que pierde la condición habitual de soporte de la actividad.

Expectativas 2014-2015

El futuro económico está repleto de elementos que aportan incertidumbre, como por ejemplo:

-       La retirada de los estímulos monetarios en EEUU y el debate acerca de la subida de tipos, elementos cuyos efectos trascienden el ámbito de sus fronteras, introducen la duda acerca de si dicho cambio de política se debe a que la Reserva Federal entiende por finalizada, o por lo menos encarada la salida de la crisis, o por el contrario, muestran el temor acerca de los efectos a medio plazo de dicha política.

-       La reciente desaceleración en algunos países y el preocupante decoupling entre las economías francesa y alemana abre el melón de las dudas, y todo ello en un incierto escenario en el que acecha la deflación en países que, como España, están obligados a convivir con inflaciones bajas durante un largo periodo. De hecho, el Banco Central Europeo parece que tomará cartas en el asunto y en breve emprenderá acciones dirigidas a mejorar el flujo de crédito en la zona.

-       El alcance de las reformas en China y la estabilización del crecimiento, así como los diferentes escenarios en los que se mueven los países emergentes con problemas de diversa índole y que obligan a tomar medidas de cierto calado.

-       Y, para terminar, nuestros propios problemas domésticos. No debemos olvidar que las finanzas públicas no se encuentran todavía encauzadas, con un déficit recurrente y una deuda creciente que se aproxima al 100% del PIB. Tampoco podemos olvidar la elevada deuda privada y un mercado laboral que tardará años hasta que volvamos a las magnitudes que dejamos en 2007, cuando vivíamos en la cresta de la ola.

Con todo, y suponiendo un cierto equilibrio en los aspectos señalados como inciertos, la mejor medicina, el crecimiento, es una realidad. Y aunque  todavía es débil, las expectativas son coherentes con que en 2015 pueda converger en todos los ámbitos geográficos propios de este informe a tasas en las que la creación de empleo en términos netos sea un hecho. Así, nuestros modelos manejan registros próximos al 1% en todas las zonas en 2014, tasas que para 2015 pasarán al entorno del 1,5%. En lo que respecta al año en curso no esperamos sustanciales caídas en la tasa de paro y rozaremos la estabilidad de precios, aunque nuestro escenario central no asigna una probabilidad mayor que 0,5 a una espiral deflacionista.

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