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La realidad virtual y sus efectos sobre el sabor
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Disfrutar de un buen plato en el sitio más adecuado posiblemente hará que la experiencia sea más completa. Por ejemplo, no es lo mismo comer una buena pizza en la ciudad de Nápoles que en otro destino, aunque ambas preparaciones sean igual de deliciosas. Sin embargo, ¿qué pasaría si el entorno no fuese real?
El estudio fue realizado por un grupo de neurocientíficos especialistas en marketing sensorial de la Universidad de Cornell, en Nueva York. El equipo se basó en un artículo previo publicado en Journal of Food Science. En conclusión, los investigadores determinaron que imágenes pregrabadas, mostradas a través de elementos tecnológicos, pueden “alterar el gusto”. Esto determinado por la importancia del entorno y otros aspectos relacionados al momento y lugar de consumo del alimento.
Un mejor bocado a través de la realidad virtual
Un total de 50 personas participaron en el experimento. Los involucrados debían probar el mismo queso azul, sin saberlo, en tres oportunidades. En cada ocasión el participante estaría envuelto en un ambiente virtual distinto al usar unos cascos de realidad virtual. Las locaciones ficticias escogidas fueron un banco de un parque situado en los jardines botánicos de la universidad, una granja con vacas y en el Centro de Evaluación Sensorial de la universidad. Este último también recreado de manera virtual.
Una vez finalizada la degustación de los productos en los distintos “lugares”, los investigadores notaron que los participantes no notaron que se trataba del mismo queso. Algunos, incluso, llegaron a calificar el que probaron en el establo como picante, y se encontraron diferentes, aunque bajas, percepciones de salinidad.
Robin Dando, director de la investigación, comentó que “cuando comemos, percibimos no solo el sabor y el aroma de los alimentos, sino que también recibimos información sensorial de nuestro entorno: nuestros ojos, oídos, incluso nuestros recuerdos del lugar. Parece que no podría hacer daño ver películas caseras de Italia durante la cena”
Aunque los neurocientíficos resaltan que aún faltan estudios al respecto, esto puede ser un indicio de los efectos que podrían tener los contextos virtuales en la alimentación. Por otro lado, resaltan que este tipo de experimentos puede ser sumamente útil en la industria alimentaria para realizar pruebas más económicas en lugares ficticios.
Artículo extraído de: https://www.cocinayvino.com/