La importancia de la ética en la inteligencia artificial en salud
El impacto de la pandemia por la Covid-19 ha puesto en evidencia la brecha en el desarrollo digital, pero también las oportunidades que las nuevas tecnologías brindan a las organizaciones sanitarias y ciudadanos.
Los avances en digitalización de procesos no solo se aplican en la gestión del sistema sanitario, sino también en la atención y seguimiento de la salud de los pacientes. En este sentido, la inteligencia artificial (IA) ofrece grandes expectativas, pero también importantes desafíos. La ética es uno de ellos. En las siguientes líneas exponemos lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice al respecto y avanzamos lo que ha preparado Fundación Lovexair en respuesta a este desafío.
La inteligencia artificial está cambiando el cuidado de la salud y la práctica médica en todo el mundo.
De hecho, se estima que las inversiones en IA a nivel global, solo en este sector, se acercarán a los 36.000 millones de dólares para 2025, lo que sería un crecimiento del 50 % con respecto a 2018, según el CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
En combinación con la telemedicina, la IA puede desempeñar un papel importante en la mejora y ampliación del acceso de la población al sistema de salud pública. Además de la automatización de tareas, su uso ayuda con la planificación, el diagnóstico y el pronóstico de los pacientes, logrando que la atención médica sea más eficiente. Y es que no solo reduce costos. También permite el análisis remoto de resultados, lo que redunda en una mejor distribución de los servicios de atención médica.
La importancia de la ética en la inteligencia artificial en salud
Este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el primer informe mundial sobre inteligencia artificial aplicada a la salud y seis principios rectores relativos a su concepción y utilización. El documento, titulado ‘Ética y gobernanza de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud’ (‘Ethics and governance of artificial intelligence for health‘), señala que el uso cada vez mayor de la IA en el ámbito de la salud plantea oportunidades y desafíos para los gobiernos, los proveedores y las comunidades.
En este sentido, destaca que las oportunidades conllevan desafíos y riesgos, como la recopilación y utilización poco éticas de los datos sobre salud; los sesgos codificados en los algoritmos; y los riesgos que presenta la IA para la seguridad del paciente, la ciberseguridad y el medio ambiente.
Según las nuevas orientaciones de la OMS, la inteligencia artificial ofrece grandes expectativas para mejorar la prestación de atención de salud y la medicina en todo el mundo, siempre y cuando la ética y los derechos humanos ocupen un lugar central en su concepción, despliegue y utilización. “Como toda nueva tecnología, la inteligencia artificial ofrece grandes posibilidades para mejorar la salud de millones de personas en todo el mundo; ahora bien, como toda tecnología, también puede utilizarse indebidamente y causar daño”, manifiesta el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Este nuevo e importante informe proporciona a los países una valiosa guía sobre la manera de aumentar al máximo los beneficios de la IA, al tiempo que se minimizan sus riesgos y se evitan sus trampas”, añade.
En respuesta a este desafío, y con el objetivo de empoderar y fortalecer a las redes de pacientes, cuidadores y profesionales de la salud respiratoria, la Fundación Lovexair organiza para los días 1, 2 y 3 de diciembre de 2021 la 3º Cumbre Iberoamericana de Pacientes Respiratorios: Líderes del futuro en Aire Limpio, Salud Social y Digital. Este evento online y gratuito reunirá a referentes y profesionales internacionales para abordar estas temáticas y definir cuáles son los nuevos paradigmas en la aplicación de nuevas tecnologías e IA en la salud respiratoria. Para registrarte o consultar el programa completo, clica aquí.
6 principios para garantizar que la IA se use en beneficio de todos
La OMS propone los siguientes principios con el fin de garantizar que todas las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial para la atención de salud y la salud pública se utilicen en aras del interés público en todos los países:
- 1. Preservar la autonomía del ser humano. En el contexto de la atención de salud, esto significa que los seres humanos deberían seguir siendo dueños de los sistemas de atención de salud y las decisiones médicas; se debería preservar la privacidad y la confidencialidad; y los pacientes deben dar su consentimiento informado y válido por medio de marcos jurídicos adecuados para la protección de datos.
- 2. Promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público. Los diseñadores de tecnologías de IA deberían cumplir los requisitos normativos en materia de seguridad, precisión y eficacia para indicaciones o usos bien definidos. Se deben instaurar medidas de control de la calidad en la práctica y de mejora de la calidad en la utilización de la IA.
- 3. Garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad. La transparencia exige que se publique o documente información suficiente antes de la concepción o el despliegue de una tecnología de IA. Esa información debe ser fácilmente accesible y facilitar consultas y debates provechosos sobre la concepción de la tecnología y sobre el uso que se debería hacer o no de ella.
- 4. Promover la responsabilidad y la rendición de cuentas. Las tecnologías de IA permiten realizar tareas específicas. Ahora bien, incumbe a las partes interesadas velar por que estas sean utilizadas en condiciones apropiadas y por personas bien formadas. Se deberían instaurar mecanismos eficaces para que los individuos y los grupos que se vean perjudicados por decisiones basadas en algoritmos puedan cuestionarlas y obtener reparación.
- 5. Garantizar la inclusividad y la equidad. La inclusividad requiere que la IA aplicada a la salud sea concebida de manera que aliente la utilización y el acceso equitativos en la mayor medida de lo posible, con independencia de la edad, el sexo, el género, el ingreso, la raza, el origen étnico, la orientación sexual, la capacidad u otras características amparadas por los códigos de derechos humanos.
- 6. Promover una IA con capacidad de respuesta y sostenible. Los diseñadores, desarrolladores y usuarios deberían evaluar de forma continua y transparente las aplicaciones de la IA en situación real a fin de determinar si esta responde de manera adecuada y apropiada a las expectativas y las necesidades. Los sistemas de IA también se deberían concebir de modo que se reduzcan al mínimo sus efectos medioambientales y se aumente la eficiencia energética. Los gobiernos y las empresas deberían anticipar las perturbaciones ocasionadas en el lugar de trabajo, en particular la formación que se deberá impartir a los agentes de salud para que se familiaricen con el uso de los sistemas de IA, y las posibles pérdidas de empleos debidas a la utilización de sistemas automatizados.
Artículo publicado en: https://www.consumer.es/salud/atencion-sanitaria/inteligencia-artificial-etica.html