La Begún

La Begún

Rafa Pol. Unidad de planificación estratégica de MONDRAGON
En este último mes de mayo se ha celebrado en Donostia-San Sebastián la 82 junta semestral de CEPREDE, institución dedicada a la predicción económica y con la que MONDRAGON colabora desde hace largo tiempo. El escenario previsto apunta a más riesgos y menos crecimiento.
21/06/2022

En este foro confluyen otras grandes corporaciones empresariales y también organismos públicos, mayormente comunidades autónomas, entre las que se encuentra la nuestra y que en esta ocasión ha sido la patrocinadora del encuentro.

El escenario que se nos ha presentado no nos ha sorprendido. Un entorno de riesgos que amenazarán el crecimiento económico y seguramente por más tiempo del que vislumbrábamos hace unos meses: inflación, guerra económico-militar en Europa, enfrentamiento comercial y tecnológico USAChina, subida de tipos de interés, déficits crónicos en las cuentas públicas, nuevos brotes pandémicos, ciberataques, sequías … Todos ellos ya conocidos, aunque lo que va variando, a peor, es su impacto en el devenir del desarrollo económico y, por ende, también en el plano social.

Lo curioso del asunto es que los modelos predictivos no llegan a ser tan alarmantes como el que se deduciría del estado de ánimo que arroja el escenario descrito, aunque se mueven en unos márgenes de variabilidad muy amplios. Aun así, no dan para muchas alegrías, a lo más que podemos aspirar, según ellos, es a superar una etapa de estanflación que podría terminar en una japonización de la economía, con muy bajos crecimientos, una especie de día de la marmota repetitivo y sin final.

Una cuestión de… fondos

Otro asunto destacable ha sido el que las menciones a los fondos Next Generation Europeos (NGEU), piedra angular de la recuperación digitalizada, sostenible, inclusiva, etc., etc., han perdido el protagonismo del que habían gozado en anteriores ediciones. En las encuestas realizadas a los expertos asistentes, los NGEU recibían pocos apoyos a la hora de ser considerados la clave para la recuperación. Todo ello acompañado de sonrisas escépticas entre los encuestados. Era algo que cabía esperar, pues el enfoque de estos fondos hacia la transformación estructural de las economías europeas no puede lograrse de un día para otro.

Lo que quizás ahora ha desplazado a los NGEU del foco de atención es la desilusión alimentada por los mecanismos que se han establecido en España para su despliegue y ejecución, que se están mostrando como los menos adecuados, faltos de agilidad y transparencia. Esto tiene una notoriedad acrecentada si consideramos que estamos en un foro con una gran concurrencia de representantes de comunidades autónomas.

Nuestro tejido empresarial, compuesto en un altísimo porcentaje por pymes, apenas tiene opciones para participar en proyectos que se adecuen a los requisitos exigidos y queda supeditado a captar ayudas en los programas de subvenciones ya existentes, en la medida en que las comunidades autónomas los amplían o extienden con los fondos NGEU a los que están teniendo acceso.

En cualquier caso, la carga filosófica de los fondos parece lejana a la realidad económica y el devenir diario de nuestras pymes, que salvo en asuntos muy pragmáticos, no terminan de ver cómo estas inversiones van a mejorar su cuenta de resultados o sus ventajas competitivas, pero sí ven, en el ahora mismo, un mayor coste de los factores de producción y de sus gastos de estructura.

EL LEGADO EUROPEO

Hace unos 140 años Julio Verne escribió una novela que no figura entre sus más populares, pero que me parece muy interesante por todo lo que anticipa sobre los cambios tecnológicos y sociales ocurridos desde entonces: Los quinientos millones de la Begún. En ella, una Begún (Begún o Begum: Princesa de La India) dejaba en herencia una suma colosal a dos lejanos parientes políticos, un francés y un alemán. La Begún nunca supo cómo se emplearon sus riquezas, ni había puesto condiciones del uso que debía darse a su fortuna. Lo cierto es que cada heredero se apoyó en sus ideales para intentar crear un mundo nuevo, supuestamente mejor, según su concepto del progreso. En un caso fueron la libertad y el bienestar del hombre los fundamentos del avance y, en el otro, la búsqueda de la perfección bajo el control de las máquinas. Hoy, yo me pregunto: ¿hacia qué escenario nos encaminamos los herederos de nuestra particular Begún, la Unión Europea?