Juan Mari Palencia: "Hoy el 50% de nuestras ofertas ya son para vehículo eléctrico"

Juan Mari Palencia vive su segunda etapa al frente de Fagor Ederlan Group con un buen número de retos entre manos. Desde orientar a un equipo de 4.000 personas y varias actividades al nuevo paradigma del coche eléctrico, pasando por la gestión global del negocio en un escenario de incertidumbre pandémica e impulsando una industria que lucha para potenciar la descarbonización del planeta. Hablamos de todos ellos en esta entrevista.

Para empezar, ¿nos puedes hacer una foto de la evolución de Fagor Ederlan Group en 2021?

El ejercicio empezó bien, tras un 2020 marcado por los efectos de la pandemia, pero a partir del segundo trimestre ha estado condicionado por tres factores de mercado: la falta de semiconductores, el incremento del precio de la energía y el encarecimiento de las materias primas. Factores que nos han obligado a realizar un ejercicio de flexibilidad muy exigente para contener el impacto de la variabilidad de la demanda y los incrementos de coste. Por tanto, un año complicado al que hemos dado respuesta gracias a la implicación del colectivo.

Tres datos clave reflejan estos impactos. Hemos producido un 80% de las piezas que hicimos el año anterior y hemos logrado salvar el umbral de rentabilidad. Además, en el balance consolidado de todas nuestras plantas, hemos logrado unos resultados positivos. Insisto, con un comportamiento ejemplar de nuestras personas adoptando decisiones de ajuste en clave cooperativa.

Fagor Ederlan está afectada por la transición que está sufriendo el sector hacia un nuevo concepto de movilidad. En argot deportivo: ¿Minuto y resultado?

Llevamos tiempo trabajando en esta transición y en las necesidades del vehículo eléctrico. Contamos con un road map tecnológico como guía para el desarrollo de componentes y sistemas identificados como oportunidades ante los cambios que afronta el sector. En este sentido, el aligeramiento de los vehículos es un aspecto crítico y nosotros hemos desarrollado productos y tecnologías avanzadas destinadas a ofrecer soluciones aligeradas: discos y tambores de freno de aluminio para la función freno del vehículo eléctrico, componentes estructurales como los subframes (bastidores auxiliares) de aluminio, hasta componentes para el power train eléctrico, como carcasas de motor eléctrico y de electrónica de potencia con diferentes grados de integración con la transmisión.

Asimismo, se ha iniciado la exploración y desarrollo de otros sistemas, como el de freno tambor, el eje trasero eléctrico, etc. Y en paralelo se han abierto iniciativas relacionadas con los battery packs y aplicaciones del hidrógeno que completan el programa de desarrollo para los próximos años.

En definitiva, hemos identificado qué tipo de productos va a utilizar el mercado y hacia ahí estamos enfocando todos nuestros esfuerzos, tanto desde el punto de vista de innovación como de procesos productivos.

Llevamos tiempo trabajando en esta transición y en las necesidades del vehículo eléctrico. Hemos identificado qué tipo de productos va a utilizar el mercado y hacia ahí estamos enfocando todos nuestros esfuerzos, tanto desde el punto de vista de innovación como de procesos productivos. 

¿Qué porcentaje de vuestra producción se destina a vehículo eléctrico hoy en día y cómo evolucionará?

Hasta hace dos años las ofertas que hacíamos en este tipo de productos más asociados a tecnología eléctrica pura no llegaban a un 7 o un 10%. Hoy el 50% de nuestra ofertas son para vehículo eléctrico.

Asimismo, las ventas de Fagor Ederlan para componentes de powertrain eléctrico se multiplicaron por dos en 2021 y en 2022 se multiplicarán por 10 por la entrada de nuevos proyectos estratégicos, algunos de ellos con clientes muy relevantes en la transformación eléctrica del sector. Por tanto, podemos decir que nuestro negocio de powertrain avanza de forma decidida en la electrificación de su catálogo de productos.

O sea que el departamento de I+D está on fire. ¿No es así?

Totalmente. Y con diferentes objetivos. Innovación en producto y materiales para desarrollar nuevos componentes y sistemas para el vehículo de futuro y diversificar nuestro negocio actual. Pero también innovación en procesos para transformar nuestras plantas hacia la fábrica del futuro, más digital, conectada y sostenible.

Por cierto, ahora que mencionas la sostenibilidad, ¿cuál es el compromiso de Fagor Ederlan con esta variable, especialmente en lo que se refiere a impactos medioambientales?

Entendida bajo la perspectiva económica, social y medioambiental, siempre ha tenido una gran importancia. Creemos que el avance de nuestro proyecto pasa por el desarrollo sostenible de nuestro entorno, y por tanto lo vivimos como una exigencia y una prioridad. Todo avance en sostenibilidad nos acerca a nuestro objetivo de alcanzar en el menor plazo posible los objetivos de neutralidad de nuestra actividad industrial y nos anima a continuar trabajando de manera responsable, segura y sostenible, de acuerdo a nuestros valores cooperativos y a minimizar el impacto ambiental de nuestras acciones.

En este sentido, cabe reseñar que recientemente hemos obtenido una valoración B- en clima y agua en el último informe CDP (CDP Score Report), mejorando valoraciones anteriores y situándonos por encima de la media del sector metalúrgico al que pertenecemos.

Todo avance en sostenibilidad nos acerca a nuestro objetivo de alcanzar en el menor plazo posible los objetivos de neutralidad de nuestra actividad industrial y nos anima a continuar trabajando de manera responsable, segura y sostenible, de acuerdo a nuestros valores cooperativos y a minimizar el impacto ambiental de nuestras acciones.

En tu opinión, ¿qué fortalezas tiene Fagor Ederlan Group para salir airosa de este reto de transición a la movilidad eléctrica?

Por un lado, la capacidad innovadora de nuestro centro tecnológico Edertek en procesos productivos, materiales y diseño de componentes. Nos funciona muy bien aquí y es una idea que queremos trasladar a China y EEUU.

Por otro lado, las personas, y su capacidad de adaptación a un nuevo escenario que exigirá formación y capacitación de quienes formamos parte de Fagor Ederlan para reducir el gap existente entre los conocimientos actuales y los que entendemos serán necesarios a futuro, e incluso la incorporación de personas con perfiles nuevos principalmente en los ámbitos de la digitalización, los datos, materiales, etc.

Y, por último, la cooperación con terceros de la mano de la Corporación para trabajar en otros proyectos, como por ejemplo el desarrollo de battery packs, ejes eléctricos, etc.

En última instancia, nuestro objetivo a largo plazo pasa por el mantenimiento del empleo en coherencia con nuestra estrategia de compromiso con el entorno.

La capacidad innovadora de nuestro centro tecnológico Edertek en procesos productivos, materiales y diseño de componentes nos funciona muy bien aquí y es una idea que queremos trasladar a China y EE.UU.

El incremento del coste de la energía

Hablemos específicamente del incremento del coste de la energía. ¿Cómo afecta a vuestro negocio?

Nuestra actividad, sobre todo en el caso de la fundición, es una gran consumidora de electricidad y, por lo tanto, cualquier incremento de los precios tiene un impacto muy importante en nuestros resultados.

Para que nos hagamos una idea de este impacto, el coste medio de la electricidad ha tenido un incremento tan elevado que ha pasado de ser un 6% de nuestros costes a un 10% en 2021. En el caso del mes de diciembre llego incluso a un 20% lo cual tiene un importantísimo efecto en la competitividad de nuestras fundiciones. 

¿Y cómo prevéis hacer frente a este incremento de cara a 2022?

Efectivamente es un aspecto crítico para nuestro negocio. Y desde nuestro punto de vista solo podemos gestionarlo de dos maneras: intentando mejorar los contratos de suministro de energía actuales e invirtiendo en proyectos de generación (parques eólicos o fotovoltaicos con terceros). Nuestro propósito es lograr una mayor estabilidad de precios y cumplir con los requerimientos y objetivos de descarbonización. 

El coste de la energía es un aspecto crítico para nuestro negocio. Y solo podemos gestionarlo de dos maneras: intentando mejorar los contratos de suministro de energía actuales e invirtiendo con terceros en proyectos de generación como parques eólicos o fotovoltaicos.