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'Hoy, la moda es la segunda industria más contaminante del planeta'
Jon Kareaga y Mikel Izurieta ya han “perdido la vergüenza” a hacer cosas, actos reivindicativos que buscan “despertar conciencias”. Se les podría considerar discípulos de la adolescente sueca Greta Thunberg, que estos días vuelve a erigirse en protagonista en la cumbre mundial del cambio climático que tiene lugar en la sede de la ONU en Nueva York. Ellos son los eslabones guipuzcoanos de un movimiento, Fridays for Future, que ya mueve a “2,6 millones de personas en el mundo” y llama este viernes a una huelga mundial por el clima.
Con la mirada puesta en la manifestación que prevé reunir a centenares de personas en Donostia (se llevó a cabo el viernes pasado 27 de septiembre), estos dos jóvenes de 21 y 23 años se plantaban ayer en la mitad del campus donostiarra de la UPV/EHU con una pancarta que pretendía “crear polémica”. “Sin debate no hay reflexión”, asegura Kareaga, zumaiarra de 21 años.
Prácticamente solos, como Greta el 20 de agosto de 2018 frente al Parlamento sueco -dejó de asistir a clase los viernes para protestar con una pancarta de cartón que decía: huelga escolar por el clima-, Jon y Mikel despliegan una mesa en mitad del campus y lanzan su lema: Comprar fast fashion no es una decisión feminista. Están solos, en medio de decenas de universitarios que les miran sorprendidos. Una joven que conoce a Jon se acerca.
Llevan meses asistiendo a las concentraciones que desde el 15 de marzo se organizan en Donostia todos los viernes para protestar contra el cambio climático, llamando al cambio. “Alguna vez, con mal tiempo, hemos llegado a estar solo seis personas”, lamenta Kareaga.
Jon se enganchó al movimiento Fridays for Future en abril y su compañero Mikel Izurieta, de Azpeitia, en mayo. Algo hizo click en la mente de Kareaga cuando fue a grabar un documental a India, China y Bangladesh: “Fue allí donde realmente me di cuenta de las injusticias sociales que hay en el mundo, y los problemas medioambientales. Lo que vi me impactó”, reconoce.
Allí conoció a Jewel, un joven de 16 años. Desde aquel día, integrarse en el movimiento Fridays for Future “ha sido lo mínimo que podía hacer”, añade: “Fui solo a Bangladesh y vi a Jewel cobrando menos de dos dólares al día por trabajar más de ocho horas, a 160 kilómetros de su casa. Lo que me chocó no fue ver a un joven, casi un niño, trabajando, porque eso ya sabía que sucedía. Lo que me chocó es que yo, alguien que ha hecho 10.000 kilómetros con una cámara, estuviese grabando sin ningún problema a una persona cuyo único objetivo es sobrevivir. Los dos en el mismo metro cuadrado. Esa escena vista desde fuera debía ser terrible”, reflexiona.
Ver “lo que hay detrás de la camiseta que has comprado” es revelador, asegura Kareaga. “Hoy, la moda es la segunda industria más contaminante del planeta y por eso hemos pensado lanzar una frase potente: Si compras en una tienda de fast fashion, esa no es una decisión feminista. Y no lo es, precisamente, porque las grandes marcas se aprovechan de la vulnerabilidad que tienen las mujeres en esos países. En Bangladesh hay 4 millones de personas en la industria de la moda y el 80% son mujeres. No nos damos cuenta, pero cada vez que consumimos en una tienda de fast fashion, de forma indirecta, estamos impulsando todo eso. Queremos que la gente tome conciencia de ello”.
Miedo al cambio
Kareaga explica la dificultad de lograr que la gente se mueva, como hacen ellos. “Le tenemos miedo al cambio y ahora estamos ante un cambio. Nuestro paradigma de consumo tiene que cambiar. A lo mejor tenemos que dejar de comer carne, o de comprar tanta ropa, o de coger el coche y eso supone cambiar muchas cosas que tenemos muy interiorizadas”, explica.
Algunos amigos le preguntan sin tapujos: ¿Qué objetivo tienes? ¿Cuánto le dedicas a esa chorrada? “Yo les digo que es una lucha para garantizar nuestro futuro. Estudiante del grado Leinn (Liderazgo, Emprendimiento e Innovación) en Mondragon Unibertsitatea, su proyecto ha consistido en crear una marca de ropa sostenible. “Hemos empezado una campaña de crowdfunding y con lo que obtengamos queremos ir a Bangladesh a crear un taller social. Hacer las cosas de otra manera, pero allí, porque tampoco queremos quitarles trabajo. Tenemos que cambiar la realidad o ser parte de ese cambio”, asegura.
Todo a partir de Greta. La conocieron en Lausana, Suiza, donde la joven activista sueca reunió en agosto a 2.500 personas. “Greta es la persona que me ha inspirado y la razón de que yo esté aquí. Yo creo en Greta. Que una chica de 16 años, por iniciativa propia, genere esto, significa mucho. Por ella estoy aquí. Es la razón de mi compromiso con el planeta. Este movimiento se ha creado por ella. Si no, no estaríamos ahora millones de personas en la calle, como sucedió la semana pasada” en las ciudades de todo el mundo.
Kareaga destaca que lo importante es “entender que tenemos un problema sistémico y que este sistema nos ha llevado a eso, y hacer ver que muchas personas pequeñas, en muchos pequeños sitios, haciendo pequeñas cosas, tenemos la ocasión de cambiar el mundo. Y en eso estamos, eso buscamos, cambiar el sistema, pero es un proceso difícil y hace falta conciencia y para eso hace faltan acciones individuales”, añade.
Sin vuelta atrás
Su compromiso no tiene vuelta atrás. “Yo he visto con mis ojos lo que hay en el otro lado del mundo y lo que estamos haciendo con este planeta y no tengo razones, de momento, para abandonar esta lucha. Ahora estamos en un momento de inflexión y en ese punto tenemos que decidir si quedarnos pasivos o activamente salir a la calle y movernos. El momento es ahora y si no lo hacemos ahora, no podremos hacerlo nunca”, señala.
Duda cuando le preguntamos si confía en esta sociedad. Dice que en “los jóvenes sí” porque “todas las luchas empiezan de los jóvenes. Yo creo en Greta y quiero creer en los jóvenes, y desde luego, sí creo completamente en el movimiento Fridays for Future y pienso que va a tener un impacto positivo”, concluye.
Fridays for Future
El movimiento Fridays for Future que impulsó la adolescente sueca Greta Thunberg en agosto de 2018 cuenta en Gipuzkoa con unos 180 activistas conectados a través de un grupo de WhatsApp, aunque a algunas manifestaciones de las que se vienen haciendo todos los viernes desde el 15 de marzo en Donostia apenas han aparecido una decena de personas.
Publicado en: Noticias de Gipuzkoa (25 de septiembre).