Y digo silenciosa porque en ocasiones se ha denominado la “parte pasiva” de la comunicación. Y nada más lejos de la realidad, porque, afortunadamente, se practica cada vez más la escucha activa “una manera de comunicarse en la que se analiza de forma consciente las palabras, a la vez que se valoran otros aspectos complementarios, como los gestos y la postura” según Santander Universidades.

Ahora trata de exponer tu propuesta, tus pensamientos y preocupaciones, deseos y sueños, algo que sea importante para ti a un árbol, a una silla o a una pared. Podrás hacerlo durante unos minutos (o menos) como un juego, pero al cabo de un rato, pierdes el hilo de lo que estabas exponiendo, desconectas del discurso y lo dejas.

La RAE nos dice que escuchar es “Prestar atención a lo que se oye”. Observemos que dice “prestar”. Prestar es ceder algo de manera temporal para recuperarlo después. Por su parte, “atención” significa, según la RAE, entre otras cosas, “obsequio”, “acoger favorablemente” o “tener en cuenta o en consideración”.

Y es que cuando te escucho, te estoy haciendo el regalo más preciado que tengo, te presto a mí misma durante ese tiempo en que escucho, en que te presto atención, en que sólo estoy para ti y te tengo en cuenta. Te presto mi intención de acoger favorablemente lo que vayas a exponerme. Es como si de estar en mí, paso a estar en la otra persona, en su relato mientras escucho, dejando todos mis pensamientos, juicios y valoraciones aparcados por un tiempo. Porque si no lo hago así, no estoy realmente escuchando.

Qué importante es sentir que te tienen en cuenta, porque mientras alguien te escucha, existes para esa persona en ese momento.

Imagínate en una isla desierta, en la más absoluta soledad. Imagínate ahora en ese mismo lugar en compañía de otra persona con quien poder compartir lo que ocurre, lo que sientes y piensas. Piensa en una experiencia terrible o una maravillosa e imagina la diferencia entre poderla expresar y que sea escuchada o no. Uno de los mayores castigos a los seres humanos es el aislamiento social. Y una de los métodos para ayudar a resolver graves problemas emocionales y mentales se basa en la escucha y en sentirse escuchado.

Ubuntu es una palabra africana que expresa la creencia de un enlace universal que conecta a todas las personas. Se basa en el hecho de tener en cuenta al otro. Ubuntu significa «Yo soy porque nosotros somos».

Cuando siento que no soy escuchada, parece como que no existo, que no se me tiene en cuenta. Afecta a mi autoestima, al valor que otorgo a lo que digo, a mi seguridad y a mi estado emocional.

¿Qué hace un niño para ser escuchado? No admite que le diga que le estoy atendiendo mientras miro mi móvil, la TV o hago otra tarea simultánea. Tengo que detener mi actividad y dedicarle un tiempo mi atención, prestársela por unos minutos.

El psicólogo Jaume Funes dice en una entrevista de marzo de 2023 a La Vanguardia, que “los niños tienen una enorme necesidad de ser escuchados” en relación a casos de bullying recientes. Se trata de una metodología para detectar y canalizar el sufrimiento en ciertas edades.

Un poco antes, en 2022, la psicóloga y psicoterapeuta Beatriz Campuzano, en el diario ABC en relación a la escucha: “Si un niño crece sin ser escuchado su sistema nervioso estará siempre alerta.

¿Y qué somos nosotros sino niños con años de experiencias?

A veces, cuando soy “escuchador/a” me preocupo por no saber qué decir a la persona escuchada, cuando, en realidad, lo mejor que puedo hacer, es escuchar, prestar mi atención a esa persona durante un tiempo y expresarle a través de ello, que esa persona existe para mí en ese momento. Que esa persona cuenta en ese momento de mi vida.

Por cierto, ¿cómo se denomina a la persona que escucha? Mientras resuelvo esta cuestión, me declaro ¡escuchadora!

Artículo publicado en la revista Eibar:  https://egoibarra.eus/es/publicaciones/revista-eibar