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Eredu acelera su expansión y apuesta por los ferries, hoteles y oficinas
La cooperativa Eredu de Legorreta, fabricante de la marca Enea de sillas, mesas y complementos, vio las orejas al lobo cuando estalló la crisis pero, en lugar de acobardarse decidió acelerar en su apuesta por la internacionalización, la calidad y la apertura a nuevos mercados, como el de los ferries, cruceros, hoteles, restaurantes, hogar y oficinas 'amables'. La estrategia ha resultado un éxito. Enea se ha consolidado en la gama alta como la marca líder en España en el canal de colectividades (auditorios, hospitales, bibliotecas o palacios de congresos). En el campo de juego internacional, la marca está ganando terreno a las italianas, referentes en este tipo de productos.
Y, todo ello, desde la periferia de Europa y tras superar una crisis que arrasó con el sector. Con unos condicionantes a priori tan poco halagüeños, ¿cómo consiguió la cooperativa salir del bache? «Gestionando la crisis como una oportunidad, no como una amenaza». Así responde Juan Carlos Olano, general manager de Enea, para quien la «estrategia» es el corazón de cualquier empresa. «Las diferencias se marcan en los momentos de crisis. En las épocas de bonanza hay para todos. Lo difícil es acertar con la estrategia a seguir cuando las cosas van mal. El que acierta se adelanta a los demás».
Estamos bastante por encima de los años precrisis y exportamos el 77% de la producción
Hay que recordar que el batacazo en el sector del mueble fue monumental. Enea trabajaba en un nicho que vivía un 'boom' propiciado por unas administraciones públicas que competían entre sí construyendo todo tipo de edificios. El famoso efecto 'Guggenheim' conllevó que el país se llenara de auditorios, museos y palacio de congresos. La marca de Legorreta vendió miles de sillas en esa época de vacas gordas, pero en 2008 el mercado estatal cayó un 70%. «Fue el sálvase quien pueda -recuerda Olano-. Nosotros, sabiendo que la crisis había llegado para quedarse, en lugar de replegarnos decidimos acelerar. Desde siempre fuimos una empresa volcada en la exportación y en la gama 'premium'. Decidimos profundizar en esa línea. Sabíamos que la 'foto' saldría mal los dos primeros años, porque había que gastar dinero, pero estábamos convenidos de que esas inversiones revertirían. Y así ha sido».
Diseñadores
Esa estrategia implicó centrarse todavía más en el diseño y trabajar con estudios del prestigio de Lievore, Altherr y Molina, así como con reconocidos interioristas, entre ellos Manuel Molina, Josep Lluscá o Gabriel Teixidó. «Desde el principio -nacimos en 1984- hemos sido una empresa que ha mirado al mundo, pero escorada hacia España, un mercado en el que hay mucha copia. Para exportar tienes que ser riguroso y tu producto debe venderse en cualquier parte. No es fácil, requiere horas de trabajo con los diseñadores, cumplir especificaciones... Es un mercado muy serio y nosotros hemos ganado a los italianos, que iban por delante». Olano, no obstante, subraya que en el mundo del diseño hay mucha «burbuja» y que la importancia de este factor debe ir de la mano de la ingeniería.
Los datos corroboran el acierto de las decisiones tomadas cuando arreciaba la tormenta. La crisis hundió la facturación de la cooperativa desde los 22 millones de 2007 hasta los 17 millones de euros, pero la remontada ha sido espectacular. El año pasado se situó en 23,5 millones de euros y en el presente ejercicio se prevé que crezca hasta los 26 millones. «Estamos bastante por encima de los años precrisis y exportamos el 77% de la producción», resalta Olano. La firma cuenta en la actualidad con una plantilla de entre 75 y 80 empleados.
En 2008 el mercado estatal cayó un 70% y fue el sálvase quien pueda, pero no nos replegamos
Las previsiones para los próximos ejercicios son optimistas porque Enea, que pertenece a la Corporación Mondragón, además de profudizar en la mejora del canal de colectividades, apostó por abrir nuevos mercados, un camino que ahora permite a la cooperativa ampliar su radio de acción a otros sectores.
Fermín Azaldegui, director comercial de Enea, explica que el perímetro se ha ampliado ofreciendo más productos a hoteles y restaurantes, un mercado en el que eran fuertes, pero que tras la apuesta por el diseño ofrece nuevas posibilidades. «Estábamos centrados en las sillas, pero ahora también ofrecemos sofás, taburetes... más productos para cubrir otras necesidades, por ejemplo, equipamiento para terrazas. Además, tenemos la capacidad de personalizar estos elementos».
'Atmósfera' Enea
El director comercial añade que el objetivo es crear la «atmósfera Enea, aportando todo tipo de complementos, no quedarnos solo en los asientos. Queremos que los decoradores piensen en Enea cuando tienen que trabajar para un hotel. Nosotros nos adaptamos a lo que nos pida. Somos flexibles y tenemos 25.000 referencias pensadas para ser combinadas».
Enea afronta con estas mismas claves el mercado de las oficinas. «Se está extendiendo el concepto de oficinas 'amables' y es ahí donde queremos indicir. Hay muchos fabricantes y muy buenos de muebles tradicionales para estos espacios. Nosotros optamos por un diseño más personalizado».
En esta búsqueda de nuevos negocios, Enea se ha fijado en los ferries y en los cruceros. La construcción de buques registra un crecimiento espectacular y, en paralelo, la demanda de equipamientos. Compañías como la española Baleària quiere convertirse en líder en el servido de transbordadores en Cuba y para lograrlo está dispuesta a invertir 35 millones de euros en la construcción de una terminal para ferries y cruceros en La Habana. Respecto a este último mercado, el año pasado se botaron seis buques transoceánicos y quince cruceros. Los armadores invertirán 25.000 millones de dólares en cincuenta nuevos barcos hasta 2020.
La cooperativa de Legorreta ha olido negocio y ya ha conseguido entrar en el sector de los ferries de la mano de una compañía de Getxo Oliver Design, al tiempo que un distribuidor de Nantes le ha facilitado trabajar para Fincatieri, una empresa italiana de construcción naval con sede en Trieste.
Se trata de un mercado incipiente para Enea. De momento, ha equipado dos ferries de Transmediterránea, el Sorolla y el Fortuny, con sillas, sillones, taburetes y mesas para zonas comunes. También dos cruceros de Fincatieri, a los que suministró sillas para espacios comunes y camarotes.
Azaldegi explica que, en el caso del sector de los ferries, Enea se beneficia del giro dado en el diseño de estos buques. «Antes se tendía al mueble robusto, debido a que tiene que responder a unas exigencias de uso intenso, en un medio corrosivo y, además, con una normativa muy exigente en cuanto a materiales ignífugos. Ahora se está dando más importancia a la estética, pero sin dejar de cumplir esos requisitos. Hemos adaptado nuestros productos a esos requerimientos, de manera que podemos satisfacer la demanda de los decoradores e interioristas».
Fuente: El Diario Vasco