Entrevista a Javier Goienetxea, presidente del Congreso de MONDRAGON

1. ¿Qué valoración general haces de la Ley aprobada?

Muy positiva. Es una norma en la que hemos venido trabajando intensamente durante los últimos seis años y ha sido muy satisfactorio ver que su aprobación haya alcanzado un consenso tan amplio. Se trata de una actualización más que necesaria, teniendo en cuenta que la norma anterior ya tenía 26 años, y desde entonces, el mundo ha cambiado muchísimo. 

2- ¿Qué aspectos destacarías de la Ley?

El anteproyecto ha incorporado los aspectos sustanciales relativos al gobierno corporativo derivados de lo establecido en la Ley estatal 31/2014, de 3 de diciembre, para asegurar la mejora del gobierno de nuestras cooperativas. Y clarifica aspectos relativos a la responsabilidad de los socios en supuestos de crisis empresarial.

Además, se regula la escisión o segregación de una sociedad cooperativa, se eliminan requisitos para la transformación de cooperativas, y se flexibiliza el modo operativo de transferencia de los fondos irrepartibles, aclarándose conceptos del patrimonio cooperativo.

La nueva ley pretende dotar a las cooperativas del necesario equilibrio entre flexibilidad operativa e identidad cooperativa. Es decir, por una parte, se mantendrán las características propias que definen la identidad de una sociedad cooperativa, pero al mismo tiempo se les dotará de instrumentos similares al resto de empresas para competir en igualdad de condiciones.

Una de las cuestiones mas comentadas ha sido el incremento del número de horas de personal contratado no socio.

El debate sobre si el porcentaje debe ser el 25 o el 30% no es muy trascendente. No rompe con nada esencial y es una práctica extendida en otras legislaciones cooperativas. Tanto la Ley de Cooperativas estatal como las de Cantabria, Cataluña, Murcia, Valencia cuentan con un porcentaje del 30%, y tanto Extremadura como Andalucía pueden llegar a porcentajes superiores (40-50%). La contratación de trabajadores no es un deseo de las cooperativas, es más bien una necesidad de responder con flexibilidad a la creciente competitividad de los mercados. Somos el modelo más participativo, con diferencia, de los modelos empresariales implantados. Y además hay que tener en cuenta que también participan en la distribución de resultados positivos (beneficios), sin que participen de los resultados negativos (pérdidas) de la cooperativa cuando se producen.

Y ¿qué me dices sobre la incorporación de personas exteriores como administradores?

La profesionalización y remuneración de los administradores es una práctica casi inexistente en nuestras cooperativas. Es evidente que es una oportunidad para incorporar criterio y talento desde el exterior de nuestro mundo que puede venir bien para mejorar nuestro desarrollo socio-empresarial en las cooperativas que así lo estimen o requieran.