"El buen diseño es sostenible por definición"
Manel Molina colabora con Enea desde el año 2008, primero como uno de los cofundadores del estudio Lievore Altherr Molina y a partir de 2016 desde Estudi Manel Molina, con la colaboración de Raimon Monsarro, Daniel Castro y Blanca Roigé.
¿Cómo descubriste tu vocación como diseñador?
Desciendo de una familia de artesanos. Mi padre, ebanista, hacía muebles útiles y bonitos, y mi madre, florista, creaba composiciones que por su harmonía y belleza, emocionaban. Crecí en medio de este ambiente y aprendí tratando de imitar a mis padres, mis principales referentes.
Hoy en día, continúo con su legado, al que se han sumado maestros, experiencias y aprendizajes, que han ido perfilando mi trayectoria profesional como diseñador.
Y, ¿cuáles son tus fuentes de inspiración?
Me inspiro en lo que me rodea, en la experiencia, en los recuerdos, en los olvidos, mirando, viendo y confiando en la intuición. Por lo general, las cosas se me ocurren mientras trabajo con las manos, jugando y viendo lo que sucede con la materia cuando la manipulo.
Trabajar con cualquier material implica un aprendizaje y un posterior conocimiento.
¿Cómo definirías tu estilo?
Aunque nuestro trabajo se desarrolla con visión de futuro, los referentes del pasado están muy presentes. Es decir, en el estudio aspiramos a que el resultado de nuestras propuestas sea atemporal para que perdure en el tiempo y alargar al máximo la vida útil de los productos.
Aunque nuestro trabajo se desarrolla con visión de futuro, los referentes del pasado están muy presentes.
Añadiré que el estilo se deriva de la actitud a la hora de abordar un determinado proyecto. En nuestro caso, la empatía hacia el cliente o la marca es lo que nos lleva a escuchar mucho y con atención sus necesidades, además de ver cuáles son sus capacidades para poder responder a la demanda del mercado con una propuesta adecuada y que vaya en línea con la marca.
Para poder tener esa actitud, la relación con las marcas tiene que ser muy estrecha…
Es necesario establecer un diálogo fluido y continuo con el cliente, un canal por el que propuestas y contrapropuestas circulen con el objetivo de fabricar un producto que resuelva un determinado problema, que incorpore los atributos propios de la marca diferenciándose así de la competencia.
Durante todo este proceso, las personalidades de cliente y estudio afloran de forma natural. La suma de ambas es enriquecedora, generando así un resultado satisfactorio: un producto final único y con personalidad propia.
Anteriormente definías tu estilo como atemporal y duradero en el tiempo. Para ello, ¿es necesario tener en cuenta las diferentes identidades culturales?
Desde la particularidad a lo general, es importante apelar a valores compartidos, a una cultura universal, a una memoria colectiva que haga muy fácil la comprensión de nuestras propuestas a nivel global.
¿Cómo abordas cada proyecto?
Cuando alguien encarga un proyecto al estudio, está depositando su confianza y reconocimiento en nosotros y en nuestra capacidad. Esto nos alegra y nos anima.
Tal como he comentado con anterioridad, la comodidad en el proceso y el posterior buen resultado final dependen en mucha medida de la sincronía entre cliente y diseñadores. Me lo confirma la experiencia: cuanto más armónica sea la relación, mejores resultados se obtienen.
Hoy en día, la sostenibilidad está en boca de todos, ¿qué papel juega en tus diseños?
La sostenibilidad es uno de los atributos que deben conjugarse en un buen diseño; el buen diseño es sostenible por definición.
Estos dos conceptos han estado unidos desde siempre. El buen diseño es la solución óptima a un problema, y de esta no puede acarrear consecuencias negativas ni para el entorno más cercano ni para el entorno global.
El balance de esta duradera y excelente relación profesional es muy positiva.
Llevas colaborando con Enea desde 2008, inicialmente con Lievore Altherr Molina, y actualmente desde Estudi Manel Molina. ¿Cómo han sido todos estos años?
Trabajar con Enea nos ha brindado la posibilidad de operar directamente con la industria, con fabricantes muy especializados. Conocer y trabajar en los procesos industriales en primera persona ha supuesto para nosotros un valioso y enriquecedor aprendizaje.