Comunicación inteligente
Desde que el término lo acuñara en 1956, John McCarthy por primera vez durante la Conferencia de D armouth h a ido paulatinamente aplicándose y expandiéndose en el ámbito personal y profesional, casi sin darnos cuenta.
En estos meses hemos ido aprendiendo que la IA aprende primero gracias a la información que va recibiendo, para aportar después resultados a través del razonamiento lógico simulando la mente humana.
¿Y si este mismo mecanismo lo aplicásemos a la comunicación? ¿Podríamos conseguir una comunicación inteligente? ¿Cómo afectaría esto a nuestros procesos de comunicación y a los resultados?
En este punto, viene a mi mente una frase de Pierre Arnaud que dice: “Yo sé que usted cree comprender lo que piensa que yo he dicho, pero no sé si se da cuenta de que lo que usted ha oído no es lo que yo quería decir”. Parece un trabalenguas, pero se asemeja a lo que en comunicación suele ocurrir.
“El uso de esta tecnología nos está obligando a cambiar la forma de preguntar para obtener respuestas más precisas y ajustadas a nuestras necesidades”
Hacia la comunicación efectiva
Para asegurarnos un óptimo desempeño de la comunicación, no vendría mal comenzar por preguntarnos a nosotrxs mismxs como personas o como organizaciones y escucharnos para, disponer de toda la información necesaria que nos ayude a comprender primero y elaborar después el mensaje que realmente queremos emitir.
Pero esto no es suficiente. Una vez emitido el mensaje debemos volver a preguntar, esta vez al entorno, a la parte receptora y escuchar atentamente para identificar qué es lo que ha llegado, cómo se ha recibido y si el propósito que perseguía dicha comunicación se ha cumplido o no.
Este esquema, llevado a los procedimientos empresariales, podría parecerse al diagrama de mejora continua PDCA, donde hablaríamos de Pregunta–Escucha– Elaboración–Emisión. Las 3 primeras fases supondrían el 99% del trabajo y, lo que comúnmente llamamos comunicación, la emisión, se limitaría a la última parte del proceso.
Lo que ocurre con la IA Generativa, es que la precisión de las respuestas que nos ofrece, es directamente proporcional a lo detallado y concreto de las preguntas que le lancemos. Cuando la respuesta que obtenemos de Chat GPT no se ajusta a lo deseado, no cambiamos la IA, cambiamos la pregunta.
El uso de esta tecnología nos está obligando a cambiar la forma de preguntar para obtener respuestas más precisas y ajustadas a nuestras necesidades.
Ya hace más de 2500 años en Grecia, los primeros filósofos se dieron cuenta de que la pregunta y la observación del entorno eran la llave que abría la puerta del conocimiento. Hoy día, la IA se basa en la observación de nuestros comportamientos y CHAT GPT en las preguntas para devolvernos propuestas de valor que se ajustan a nuestras necesidades. Confío en que, de la misma manera, en nuestra vida y en nuestras empresas, seamos capaces de preguntar y escuchar con el fin de convertir nuestros procesos de comunicación en Comunicación Inteligente.