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Compañero de viaje del alumnado
De joven Martxi tenía vocación docente, pero podemos decir que entró en la enseñanza por chiripa: “Iba a estudiar el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, pero por una lesión no pude entrar; me saqué el título de profesor en la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Eskoriatza, especializado en filología vasca”.
Martxi lleva 37 cursos como profesor en la ikastola Arizmendi y ha vivido todo el recorrido de Almen; inauguró el nuevo edificio de Almen Ikastetxea siendo alumno de la primera promoción de la Ikastola Loramendi, junto a otros compañeros y compañeras, y ha hecho allí su carrera como profesor. “He pasado toda una vida en Almen”, dice orgulloso.
En todos estos años, Almen no ha cambiado mucho por fuera, pero sí por dentro. Hace unos años se empezó a trabajar con el proyecto pedagógico Pedagogía de la Confianza y se han transformado totalmente los espacios interiores, así como las metodologías. Afirma que este proyecto pedagógico ha sido un cambio imprescindible porque la propia sociedad “ha cambiado mucho”: “Para los que llevamos muchos años en la enseñanza ha sido un gran cambio, porque hemos tenido que desaprender muchos procesos. Estoy muy contento; participar en este proyecto antes de jubilarme ha sido un regalo”.
Rol del profesorado
Uno de los cambios más destacados del oficio de profesor ha sido el cambio de rol. Hace unos años, los tutores eran casi las únicas fuentes de sabiduría que lo canalizaban todo, pero ahora Martxi se define como compañero de viaje: “Los profesores no somos omniscientes; solo somos una fuente más de información”. Los alumnos trabajan en grupos cooperativos para trabajar los PROIs y tienen mucha más autonomía que antes.
En la actualidad, la profesión docente se encuentra ante retos y cambios constantes debido a las nuevas tecnologías, la inclusividad y las nuevas necesidades educativas. En cuanto a la tecnología, Martxi tiene claro que con las recetas antiguas no se pueden hacer frente a nuevos retos, pero cree que hay que poner límites a las nuevas tecnologías o adaptar su uso: “Da muchas posibilidades, pero no sé si estamos demasiado preparados para afrontarlo. Por otro lado, vemos que el alumnado está hiperestimulado con pantallas e intentamos hacer un uso muy selectivo de las mismas”.
“Me gustaría ser recordado como una persona implicada, compañera de viaje y cercana”
Relaciones
Fomentar un ambiente saludable en el aula es también uno de los deberes del profesorado y destaca que hay complicidad y confianza entre el alumnado y profesorado: “Los espacios son seguros y nuestras relaciones son muy sanas”. Dice que un aula es un “ecosistema especial” y que el equilibrio es “imprescindible”.
Entre el profesorado y alumnado se suele establecer una relación especial con frecuencia y con tantos años de oficio, siendo profesor de tantas personas, seguro que muchas de las que estudiaron con Martxi lo recuerdan con cariño.“Siempre he tenido muy buena relación con los alumnos y alumnas y si he podido facilitar el camino a alguien, me alegro mucho. Me gustaría ser recordado como una persona implicada, compañera de viaje y cercana, como promotor del buen ambiente del ecosistema de la escuela ", dice.
El futuro de la educación
La forma de enseñar ha cambiado radicalmente en los últimos años y seguirá cambiando en los próximos. Ahora se centra más en los procesos que en los contenidos y eso tendrá que traer nuevas formas de hacer. Martxi tiene claro que la educación será “otra experiencia vital”: “Ante un futuro líquido el perfil del alumnado será otro. Necesitan experiencias múltiples, acceso a fuentes de información y capacidad para manejarlas correctamente. El trabajo cooperativo también será imprescindible y los alumnos y alumnas deben estar entrenadas a trabajar en equipo, a buscar consensos”.
Martxi imagina una educación basada en la experiencia, que responda a retos reales y que trabaje la solidez interna: “Para que la sociedad avance, se deberán desarrollar a personas completas, justas y euskaldunes”, dice con entusiasmo.