Conchita Montenegro: la donostiarra que triunfó en Hollywood
Fue también bailarina y modelo, musa de Balenciaga. Hoy su figura está olvidada del gran público pero al parecer hay un proyecto de película sobre su vida, una vida de película.
De Donostia a Madrid y a París
Siendo muy niña fue con su familia a Madrid, y sintiéndose muy atraída por la danza empezó a tomar clases y pronto se fue a la Escuela del Teatro de la Opera de París para completar su formación. Vuelve a Madrid en 1927 y junto a su hermana Juanita forma una pareja de baile, Las Dresmas de Montenegro, que triunfaron en las salas europeas. A Conchita además le contratan para hacer películas y trabajar de modelo.
De París catapultada a Hollywood
En París filma algunas películas, pero hubo una, La Femme et le Pantin (la mujer y el pelele), que fue decisiva en su vida. En ella danzaba completamente desnuda. Tenía 16 años. Su belleza, su naturalidad, su sensualidad, su estilo, hacen que la Metro le llame de inmediato a Hollywood. Al poco de llegar llamó la atención de Charles Chaplin que se embelesó con ella, Edgar Neville, Buster Keaton, Charles Boyer,.. tuvo a sus pies a muchos galanes, pero sobre todo hizo amistad íntima con Greta Garbo, eran muy parecidas tanto en su figura como en su forma de ser, de hecho a Conchita le llamaban la Greta Garbo española. Su anécdota más sonada fue cuando se negó a besar al mismísimo Clark Gable en una prueba. Pero el gran amor de su vida fue Leslie Howard, galán de Lo que el viento se llevó y Pimpinela Escarlata y otras mucha películas y con el que rodó algunas. Vivieron un intenso romance pero la diferencia de edad y la situación familiar de Leslie impidió que el amor cristalizase en matrimonio.
Vuelta a Madrid, recibida como estrella
En 1935 vuelve a París donde rueda algunas películas y contrae matrimonio con el galán Raoul Roulien, pero se divorcian al cabo de dos años. En 1942 regresa a Madrid y empezó a rodar películas, hasta que en 1944 se casó con el diplomático Ricardo Giménez-Arnau, falangista, embajador ante la Santa Sede, un alto cargo en el gobierno franquista. Después de su boda Conchita se retira del cine.
Adiós al mundo
La muerte de Leslie, de la que Conchita se consideraba responsable en parte, la sumió en una profunda depresión que agudizó más su retiro de la vida artística y también social. Se negó a hacer entrevistas, rechazó homenajes incluido uno del Ayuntamiento de San Sebastián, rechazó la Medalla al Mérito Artístico. Enviudó sin descendencia en 1972. Su fi gura, su persona, fue sepultándose en el mar del olvido y murió sola y olvidada del gran público el 22 de abril de 2007 a los 95 años en la Clínica de La Moncloa. Donó su cuerpo a la ciencia