20 febrero, dia mundial por la justicia social según Naciones Unidas
Así, defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género o los derechos de los pueblos indígenas y de los migrantes. Promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad.
Pero sin embargo, el mundo que vivimos nos recuerda que existe el riesgo de que estas ideas, se conviertan en utópicas y estas palabras se vacíen de contenido. Y es que la realidad nos dice que más de cuatro millones de personas refugiadas han sido registradas en países vecinos a Siria. De esos, más de un millón de personas han salido de sus países empujados por la guerra y situaciones desesperadas y han entrado en Europa. Y 3.771 personas murieron en el intento de atravesar el mar Mediterráneo rumbo a Europa el año pasado.
Ante este drama humano, Europa después de largas negociaciones, por un lado, únicamente ha previsto distribuir a 160.000 demandantes de asilo, de los que hasta hoy solamente 497 refugiados se han beneficiado de este mecanismo. Y por otro lado, ha negociado con Turquía para que a cambio de dinero, cierre sus fronteras y evite la llegada de más personas. ¿es eso justicia social?
Por otro lado, como alerta Oxfam en un informe publicado el mes pasado, el 1% más rico de la población mundial acumula más riqueza que el 99% restante. Y desde el año 2000, el 50% del crecimiento de la riqueza mundial ha ido a parar a ese 1% más rico de la población.
Y ante esta realidad Paul Krugman, premio nobel de economía, se hacía recientemente la misma pregunta que ronda en nuestra cabeza. ¿Es necesaria tanta desigualdad? Después de una profunda reflexión termina afirmando que por desgracia, la desigualdad es inevitable, pero la desigualdad extrema que existe hoy, no lo es.
En Mundukide tenemos claro que el crecimiento económico por sí solo no trae consigo el desarrollo. El crecimiento sin justicia social, sin una redistribución y un control más equitativo de la riqueza contribuye a aumentar las desigualdades sociales y al saqueo de los recursos naturales. Es por ello, que sin perder esa mirada global, Mundukide actúa en lo local apostando por un desarrollo humano sostenible, con programas de largo plazo basados en la capacitación de las personas, la participación activa y la autoorganización de organizaciones y colectivos.