Abrir la mirada para mejorar el empleo
Las empresas cooperativas iniciamos un curso marcado por la inquietud que provocan los acontecimientos del contexto estatal e internacional. A la incertidumbre política derivada del resultado de las elecciones de julio se suma la vacilación económica que suponen hechos que se suceden al mismo tiempo: la subida de los tipos de interés, el encarecimiento de las materias primas, el enfriamiento de las economías en el centro de Europa y en Asia, la falta de mano de obra y el reto que suponen el relevo generacional o el descenso de la natalidad.
Este contexto nos lleva a afianzar la colaboración con otros agentes e instituciones en la búsqueda de soluciones y alternativas que nos permitan seguir generando riqueza en nuestro territorio y seguir siendo competitivas. Así lo hemos hecho siempre y así lo seguiremos haciendo. A esta situación se suma el hecho de que nos encontremos ante el último año de legislatura del Gobierno vasco que supondrá la finalización de la tramitación de varias leyes que influirán en el día a día del cooperativismo. Leyes que, como las de educación, transición energética y la primera ley vasca de empleo verán la luz en los próximos meses.
Las empresas cooperativas nos enfrentamos al reto de cómo hacer frente al momento de enorme cambio que está viviendo el mundo del empleo, afectado por tres procesos que coinciden en el tiempo: la automatización y transformación digital, que supone la desaparición de muchos empleos, la necesidad de recualificación y la generación de empleos todavía por definir; la transformación energético-climática, que supone la adaptación a otros modos de producción caracterizados por la sostenibilidad; y el cambio demográfico, que lleva consigo un relevo generacional profundo en muchos puestos de trabajo; y el envejecimiento de la población con el aumento de la esperanza de vida, nuevas necesidades que atender y nuevos servicios que prestar.
Estas transformaciones convierten al empleo en uno de los grandes retos del siglo XXI. Cómo lo abordemos desde los diferentes modelos de empresa, desde el ámbito normativo, desde las políticas públicas, y cómo definamos los espacios de gobernanza y de toma de decisión hará que podamos enfrentar con más o menos garantías los retos de un mundo en transformación.
En los próximos meses, el Parlamento vasco aprobará la primera Ley vasca de Empleo. Una norma que, como ha trasladado el Departamento de Empleo y recogió el lehendakari en su discurso del Pleno de Política General, tiene como objetivo garantizar un empleo digno y de calidad. Para que esto sea posible, consideramos que en el proceso de deliberación en el que se encuentra la ley nuestros representantes parlamentarios deben actuar con luces largas, atreviéndose a mirar al futuro de manera decidida e incorporar, en los espacios de gobernanza, la participación de los principales agentes que protagonizan el empleo y el desarrollo económico en Euskadi. Porque nadie resta, todos sumamos.
Desde Konfekoop, valoramos positivamente una ley que reconoce el empleo como un derecho subjetivo que ha de ser garantizado, y que nace con vocación de ordenar las políticas activas de empleo, como expresión del autogobierno y de nuestra capacidad de decidir y gestionar los aspectos centrales de la sociedad vasca. Desde la Confederación de Cooperativas entendemos que la ley que salga del Parlamento vasco debe ofrecer un marco para avanzar hacia un empleo estable y de calidad en Euskadi, con un Lanbide transformado, eficiente, referente para la ciudadanía, y que sea la piedra angular sobre la que pivoten las políticas activas de empleo, un Lanbide donde las empresas cooperativas también tengan voz.
La realidad del empleo actual, el estado de madurez de la sociedad vasca, las necesidades de conocimiento e innovación en el mundo del empleo no pueden seguir ignorando el conocimiento y experiencia de las empresas cooperativas. Si hablamos de generar más y mejor empleo, somos un compañero de viaje no solo necesario, sino imprescindible.
El Parlamento vasco tiene la oportunidad, con el consenso de todos los grupos, en el ejercicio ordinario de su soberanía y de facultad de autogobierno, de garantizar de manera expresa la participación de las cooperativas allí donde se definen las políticas activas de empleo, el Consejo de administración de Lanbide. Así lo habilita el Estatuto de Gernika y así lo reconoce la Ley estatal de Empleo aprobada en febrero. La próxima Ley de empleo nos convoca a abrir la mirada, a transformar para mejorar lo que ya existe. Queremos sumar ahí donde sabemos que tenemos el conocimiento para hacerlo, porque la generación de riqueza y empleo es la razón de ser de las cooperativas. El momento es ahora.