“Una empresa que solo sirva a los accionistas es una herejía”

Faber dirige un gigante centenario y es una ‘rara avis’ dentro de los jefes de las multinacionales al promulgar una idea humanizada del capitalismo.
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10/05/2019

Emmanuel Faber (Grenoble, 1964) es una figura atípica en la burbuja de los jefes de las grandes multinacionales. Y no sólo por su costumbre de salir de esta burbuja para, por ejemplo, pernoctar con los sintecho en París, o moverse por los barrios de chabolas de Delhi o Bombay. Es su discurso social y ecológico lo que lo distingue. También es su marca. Faber es el presidente y director general de Danone, gigante de los productos lácteos, las aguas embotelladas y la nutrición infantil y médica. Fundada hace 100 años por Isaac Carasso, un sefardí de Salónica afincado en Barcelona, la empresa se fusionó en 1973 con el fabricante de envases BSN, dirigido por Antoine Riboud, precursor en Francia del capitalismo social.

P. En su libro ‘Chemins de traverse’, de 2011, usted decía que “maximizar el valor para los accionistas” no lo es todo en una empresa.

R. Diría que incluso es grave.

P. ¿Grave por qué?

“El único reto legítimo de la mundialización es la justicia social. Todo deriva de aquí”.

R. Porque una empresa sólo existe porque tiene una utilidad social. Hace falta el dinero del accionista, pero también la intuición y la energía del empresario, la motivación de los asalariados, que los clientes estén satisfechos con el producto y los proveedores sean pagados. Si para maximizar los beneficios del accionista dejo de pagar al agricultor, venderá la leche a otros y la empresa se para. La idea misma de que la empresa esté hecha para maximizar el valor de los accionistas es una herejía. Las finanzas están ahí para servir a la economía que está ahí para servir a los humanos, como usted y yo. No al contrario.

P. ¿No hay algo de eslogan en lo que dice? Todas las empresas quieren ser “sociales” ahora. Hasta las petroleras defienden el medio ambiente.

R. Sí, hay mucho greenwashing [estrategia para vender que una empresa es ecológica], socialwashing [estrategia para vender que una empresa es social] y washing de todo tipo.

P. ¿Y qué responde?

R. Que cada uno se mire en el espejo. En Danone empezó con Antoine Riboud en 1972 cuando en su discurso a CNPF [la patronal francesa entonces] dijo que para Danone habría un doble proyecto, económico y social; ya no puede haber crecimiento económico sin progreso humano, sólo tenemos un planeta y una vida. Y puso en marcha el sindicalismo. Y vacaciones limpias, un programa en el que se pusieron sacos de basura en todas las playas. Riboud militó a favor de la creación del ministerio de medio ambiente. El compromiso ideológico de Danone en estas cuestiones data de entonces.

P. Usted dijo hace unos años a los alumnos graduados de la HEC [Alta Escuela de Comercio] que no cree en la llamada mano invisible del mercado. El mercado por si solo, ¿no crea riqueza y bienestar?

R. ¿Usted lo cree? ¿Que el mundo va bien? ¿Que el mercado lo ha hecho bien? ¿Que la gente está contenta? ¿Que el mercado ha repartido de manera equitativa la riqueza? Hemos explotado los recursos durante 50 años y ¿cree que las empresas preparan la contabilidad para dentro de 50 años, cuando ya no haya ni petróleo, ni agricultura? La regeneración de los suelos es fundamental, y están degradados por doquier. El día que estén degradados del todo ya no habrá agricultura. Podremos meter química para hacer crecer plantas y se logrará sin duda, pero es un modelo insostenible. Y esto, hoy, no está presente en las previsiones de ingresos y pérdidas. La economía de mercado no financia esta durabilidad. Es tan simple como esto. Y la pobreza reaparece en Europa. Las desigualdades son flagrantes. Que no me digan que la economía de mercado ha funcionado.

Entrevista publicada en El País Negocios, el 5 de mayo de 2019