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“Mejor aquí que en Japón”
A los 21 años, So Saito emprendió un viaje que cambiaría por completo su vida. Viajó a Irlanda para aprender inglés con la intención de ir luego a Australia. En la academia conoció a una chica azkoitiarra y sus planes cambiaron radicalmente. Terminó en Azkoitia, dando lustre al inglés, y con ganas de aprender euskera. Han pasado 9 años y es increíble escuchar cómo habla en euskera. Parece azkoitiarra de nacimiento.
Desde hace 4 años trabaja en Danobat, en el departamento de aeronáutica, como mecánico. Es socio temporal en la cooperativa.
¿Sabías euskera cuando aterrizaste en Azkoitia?
No, no sabía una palabra. Me las arreglaba en inglés y luego fui dos años a AEK, y también a EPA (Educación para adultos) a estudiar castellano gracias al servicio gratuito que ofrecía el Ayuntamiento. Mientras estudiaba en AEK, también estuve en un caserío de Errezil, viviendo y trabajando en el caserío y aprendiendo euskera, durante un año. Y los fines de semana venía a Azkoitia para estar con mi novia.
¿Qué tipo de trabajos realizabas en el caserío?
Andaba sobre todo en la huerta, principalmente hacía cestas con verduras para repartir a los clientes. Tenían panadería, y también me dediqué a hacer pan. Estuve un año, y fue una experiencia muy bonita.
Y además, habrás dado un impulso al euskera...
Sí, el primer año empecé a comunicarme, no con la soltura que tengo ahora, pero me arreglaba bastante bien para seguir las conversaciones básicas. Luego hice dos ciclos de grado superior: uno en Donostia (euskera y castellano, Educación Ambiental y Control) y otro en Azkoitia (euskera, Mecatrónica Industrial). Entonces, además de hablar, también tuve que aprender a leer y escribir.
Salto a Danobat
¿Cuándo pasaste del caserío a la fábrica, a Danobat?
Hace casi 4 años. Estoy en el departamento de aeronáutica, y soy un socio temporal.
¿Y qué haces exactamente?
Estoy en el departamento de aeronáutica y hacemos máquinas para el mantenimiento de los motores de los aviones. A mí me toca montar esas máquinas.
¿Estás a gusto aquí?
Sí, muy a gusto. Trabajo con personas diferentes, dependiendo del proyecto. Y también me ha tocado irme fuera: Japón, Estados Unidos, Alemania... Es muy entretenido, no es nada monótono el trabajo. Trabajo como mecánico. Además, si vienen clientes japoneses, tengo que ayudarles... Un poco de todo.
¿Cuánto tiempo pasas fuera durante el año?
Depende del año. Si hay muchos pedidos, viajo más. El año anterior fue muy "cañero" porque tras el periodo Covid el gobierno japonés amplió sus fronteras, y se reactivaron los pedidos que estaban parados. Y cómo yo me manejo bien en japonés, di muchas vueltas. Estuve fuera 150 días en 2022. ¡Muchas horas y muchos días, pero anduve muy a gusto!
¿Cómo va este año?
A principios de año estuve en Atlanta, y en julio estuve montando una máquina en Hong Kong. Y a mediados de septiembre (la entrevista la hicimos a principios de ese mes), vuelvo a Japón.
¿Conocías Danobat anteriormente?
Sí, había oído hablar de él. En este valle es bastante conocido. No sabía exactamente qué trabajos y qué máquinas hacían, pero el nombre sí lo conocía.
¿Y el mundo cooperativo?
No. Estoy aprendiendo poco a poco: las funciones de las cooperativas, etc. Estoy a gusto, la verdad.
“El euskera me parece muy bonito”
¿Y qué te parece nuestro euskera?
Antes de venir aquí ni siquiera sabía que existía el euskera, y me parece una lengua muy bonita, tiene una larga historia, y además es muy rico que haya tantos dialectos. Es la lengua de un pequeño lugar del mundo, pero la diversidad que tiene me parece muy bonita. El de Errezil y el de Azkoitia, por ejemplo, no son iguales. Y en Danobat, por ejemplo, hay muchos vizcaínos que hablan el suyo.
¿Qué ha sido lo más difícil de aprender en euskera?
Al principio me costó la gramática y luego el vocabulario. Para hablar me resulta más difícil el castellano, porque con la gente lo hago sobre todo en euskera. En cambio, para leer y escribir, me resulta más fácil el castellano, porque muchas palabras en inglés son parecidas, y también a la hora de poner las palabras en orden.
El tuyo es un buen ejemplo…
Mucha gente lo dice, sí... que soy un buen ejemplo para alguien que está aprendiendo. Yo creo que cualquier persona puede aprender cualquier idioma, si está con ganas y dispuesta a hacer un esfuerzo. Yo he tenido la suerte de haber venido a Azkoitia, ya que aquí es más fácil aprender euskera porque el ambiente es muy euskaldun.
¿Qué idiomas hablas ahora?
Japonés, inglés, castellano y euskera.
¿Tienes intención de seguir viviendo por aquí?
Sí, aquí estoy a gusto.
¿Qué es lo que más te gusta del País Vasco?
La relación entre la gente, el ambiente, la vida social... Eso en Japón no existe, allí cada uno hace su vida. La gastronomía también es excelente.
¡Habrás estado en sidrerías!
¡Sí! Este año además bastante: unas cinco veces. Me gusta la sidra, el menú de sidrerías, la tortilla, la chuleta... Y el ambiente también suele ser excepcional.