“Tengo que devolver al público todo el cariño que me ha dado”

En julio se cumplieron 40 años del primer concierto de Kortatu, y desde entonces Fermin Muguruza (Irun, 1963) no ha parado: música, cine, cómic… Para hacer un repaso a su carrera, en diciembre anunció la celebración de un concierto especial, pero el torrente de amor recibido le ha “obligado” a organizar una gira completa. Por eso volverá al escenario, a su hábitat natural, sin saber si este será o no el último baile de verdad.

Un invierno cálido y próspero es lo que te viene. ¿Cómo te encuentras a las puertas de esta gran gira?

Por un lado, estoy muy motivado, y por otro, muy agradecido. Hace 11 años que no hago ninguna gira internacional, que no doy grandes conciertos con mi banda, y ha sido impresionante para mí, después de tanto tiempo, el cariño que he recibido, la acogida que han tenido los anuncios de los conciertos; al principio, mi intención era hacer un único concierto.

Entonces, ha sido una gira improvisada.

Mi plan era organizar un gran concierto en diciembre, único, para hacer un repaso a toda mi trayectoria y legado de 40 años y, de paso, ofrecer un homenaje especial a mi hermano Iñigo. Este año se cumplen cinco años de su fallecimiento, y en diciembre, el día 17 concretamente, cumpliría 60 años. Pero, después, viendo todo lo que ha venido, me he sentido obligado a organizar algo. Han comprado las entradas para los conciertos de Bilbao desde toda Europa, y creo que tengo que devolver al público todo ese cariño que me ha dedicado.

“Trabajo a través de la autogestión, por lo que para mí es fundamental el cooperativismo para cambiar la sociedad”

Obligado sí, pero también se puede decir que será la gira más especial de tus 40 años de carrera, ¿no?

Todas las giras son muy especiales, pero lo cierto es que la de ahora será diferente. Por un lado, no tenía pensado hacer la gira, y lo he organizado todo en los dos últimos meses, con todo lo que eso conlleva. Además, he querido organizarme como lo he hecho siempre, a través de la autogestión, sin grandes promotores y con contactos que tenía desde hacía tiempo. Eso sí, esta vez no voy a concentrar todos los conciertos en poco tiempo porque algunos de los miembros que actuaban conmigo ahora trabajan entre semana, por lo que haremos conciertos los fines de semana, de una manera más pausada. Por otro lado, no voy a tener a mi lado a mi hermano Iñigo; a Amaia Apaolaza, que fue mi mánager durante 25 años; a mi diseñador… Hay varias personas a las que quería, varios apoyos, que eran importantes y que ya no están. Entonces, será diferente, pero también especial, claro. Estarán todos muy presentes.

Eres conocido sobre todo por tu trayectoria musical, pero en los últimos años también te has volcado en otras muchas disciplinas. Ahí están Black is Beltza, Bidasoa 2018-2023… ¿Qué te llevó a explorar nuevos caminos?

Yo siempre he contado historias, tanto a través de la música como del cine, porque la realidad me ha empujado a ello. Por ejemplo, cuando empezaron a aparecer cadáveres en el río Bidasoa, enseguida pensé: “Tengo que contar esa historia”. Veía, por un lado, que mucha gente no sabía lo que estaba pasando y, por otro, que había que anular el mensaje que se estaba lanzando, el mensaje de que el río mata; son las políticas migratorias las que matan, no los ríos.

¿Cuál de estos proyectos dirías que es el más especial?

El que hice para A l Jazeera. Hice 11 documentales en dos años, en los que en todas esas zonas la guerra estaba presente, y fue un trabajo de alto riesgo. Sin embargo, fue especial porque me enamoré profundamente del mundo árabe; fueron increíbles esos dos años en Marruecos, Túnez, Líbano, Siria, Sudán, Egipto… Desde entonces me golpea y me hace sufrir constantemente lo que ocurre en esa zona.

"He tenido la oportunidad de reunirme con Pepe Mújica y me preguntó por las cooperativas de MONDRAGON, por cómo iban, y me dijo que era el mayor mérito que había en todo el mundo en torno al movimiento cooperativista"

¿Has tenido relación con las cooperativas cuando has recorrido el mundo?

He tenido contacto con muchas personas trabajadoras de cooperativas de distintos rincones del mundo, porque han recuperado fábricas en muchos lugares o han creado bibliotecas y editoriales. Como decía antes, trabajo a través de la autogestión, por lo que para mí es fundamental el cooperativismo para cambiar la sociedad, para articular modelos alternativos.

En cuanto a la Corporación MONDRAGON, no he tenido ninguna conexión, pero sí una anécdota: recientemente he estado en Uruguay con motivo del aniversario de la matanza de Filtro, y he tenido la oportunidad de reunirme con Pepe Mújica. Pues me preguntó por las cooperativas de MONDRAGON, por cómo iban, y me dijo que era el mayor mérito que había en todo el mundo en torno al movimiento cooperativista. Por lo que me explicó, siempre ha estado muy interesado por el movimiento cooperativo del País Vasco.

Fotógrafo: Gertrud Vogler.

Estos 40 años te han permitido conocer diferentes lugares y trabajar en otros tantos proyectos, pero ¿qué te han enseñado?

Muchas cosas, pero, si tuviera que elegir una lección, diría que el respeto a la diversidad cultural es la mayor lección. Para mí lo más hermoso del mundo es llegar a un lugar que no conozco y adentrarme en su cultura, y con los años he aprendido a valorarlo y a amarlo.

¿Qué tienes previsto de cara a los próximos años?

El año que viene, en abril, cumpliré 62 años, y me da un respeto enorme porque en el escenario hay que darlo todo durante dos horas. En principio, estaré trabajando hasta octubre del año que viene; luego necesitaré unos meses para descansar; y en 2026 no sé lo que pasará.