Los tipos de interés, cerca de su máximo
Además, el tensionamiento monetario en el que todavía estamos inmersos ha sido uno de los más rápidos vistos jamás, con un BCE elevando las tasas en 375 puntos básicos (p.b.) en 10 meses, mientras que la Fed subía 525 p.b. en 14 meses. A pesar de ello, la solidez de la economía sigue sorprendiendo, destacando las referencias de desempleo, que se sitúan en mínimos de varias décadas, así como los resultados empresariales. De hecho, los resultados empresariales recientemente publicados (primer trimestre 2023) superaban las previsiones en una proporción muy superior a la media de años anteriores.
En este contexto de fortaleza de la economía y con unas tasas de inflación que se están moderando, parece que se atisba que el proceso de tensionamiento puede estar cerca de su finalización. En el caso de los Estados Unidos, la subida de tipos de 25 p.b. de la pasada reunión de mayo podría ser la última en el corto plazo. La crisis de confianza que está atravesando la banca regional en EE. UU., derivada de las consecuencias del propio proceso de tensionamiento monetario, está siendo un factor de presión adicional para la Reserva Federal. En cualquier caso, el endurecimiento de las condiciones de financiación bancaria (menor demanda y oferta de crédito), también como consecuencia del aumento de los tipos de interés, debería ayudar a los bancos centrales en su labor de enfriamiento de los precios.
“La solidez de la economía sigue sorprendiendo, destacando las referencias de desempleo, que se sitúan en mínimos de varias décadas, así como los resultados empresariales”
Por el lado del BCE, en palabras de la propia Lagarde, veremos nuevas subidas de tipos adicionales (se esperan dos alzas de 25 p.b.), teniendo en cuenta que el inicio de aumento de las tasas fue posterior al de la Fed, que la inflación sigue elevada y que en Europa no se aprecian efectos similares a los que está viviendo la banca estadounidense.
En cualquier caso, que podamos anticipar una cercanía del pico en los tipos de interés no implica que los bancos centrales vayan a iniciar el proceso de recortes de manera inmediata. Pensamos que una política monetaria más expansiva vendrá necesariamente ligada a la evidencia de que la inflación se encamina hacia niveles más cercanos al 2-3% frente al 5% actual en EE. UU. y 7% en Europa o que la economía sufre una fuerte desaceleración.