Allende los mares. ¿Por qué ese título para tu ópera prima?

Fue una de las únicas cosas que tenía claro desde el principio. El título me gusta, creo que invita a viajar y a la aventura, genera misterio…

Aventuras en el mar, con balleneros, un crimen, parte de nuestra historia…

La novela comienza en la costa vasca y nos sumerge desde la primera página en la caza y el aprovechamiento de la ballena. Partes del relato suceden en el mar, durante la caza de ballenas y alguna travesía transoceánica. Un crimen y su resolución sirven de hilo conductor para contar diferentes historias que tocan temas como los banderizos, inquisición, los reinos de la época…

El tema de los balleneros vascos te ha apasionado siempre, ¿verdad?

Desde siempre me ha gustado mucho leer sobre este tema y también he ido a varias exposiciones. Lo cierto es que no he tenido que hacer un trabajo previo de documentación, ya lo había hecho previamente sin darme cuenta.

¿Se escribe lo que se lee no?

Sin duda, creo que sin buscarlo he escrito el libro que me gustaría leer. He recreado una época que es fascinante, a finales del siglo XV, la novela es como un pequeño cuaderno de viaje de la época.

Has hecho realidad un sueño.

He disfrutado mucho escribiendo la novela con el premio añadido de la publicación. Mandé la novela a la editorial Hiria, les gustó y se han animado ha publicarla.

En ese camino has tenido muchos compañeros, gente que te ha leído, que te ha aportado en tu trabajo…

Una novela es algo muy personal e individual, pero yo he querido que sea algo más abierto. He contado con algunos amigos y familiares que me han ayudado en la revisión gramatical y de los textos. Destacaría también la magnífica portada realizada por el pintor bergarés Ricardo Azkargorta.

¿Has tenido críticos literarios entre tus amigos?

No. Cuando ya estaba la novela escrita, Martín Arriaran, un escritor y amigo de Bergara, me dio un par de consejos, no tanto sobre la novela sino de lo que me venía encima; la presentación, los medios...

A mi me recuerda un poco a Arturo Pérez Reverte con toda la saga de aventuras históricas de Alatriste...

Respecto a las influencias, te puedo decir que me gusta mucho el cómic, he leído muchos, y algunas personas me comentaron que los diálogos en Allende parecían de cómic. No sé si eso es bueno o malo, pero me obligo a revisar y “suavizar” los diálogos. Respecto a lo de Pérez Reverte, es el autor que más he leído, me gustan sus novelas y me gusta mucho como describe los personajes y las situaciones. Así que te agradezco el comentario, aunque sé que estoy muy lejos de él.

Y en el trabajo, ¿qué te decían tus compañeros de Fagor Arrasate?

Se han sorprendido mucho. Había gente que sabía que escribía pero ni de lejos se imaginaban que estaba escribiendo una novela.

¿Les ha gustado?

De momento he tenido suerte y la gente lo está leyendo. Las críticas que me han llegado hasta ahora han sido todas positivas.

¿Cómo va la venta?

De momento se está vendiendo bien.

Antes de la presentación, ¿esperabas esta repercusión en los medios ?

Afortunadamente, todavía hoy se publican muchos libros, y hay que insistir para que te hagan un hueco. La editorial, Hiria, ha trabajado bien en la promoción.

Eres ingeniero, pero te hubiese gustado ser periodista, y has colaborado con Goiena en artículos de opinión, has hecho tiras de cómic en TU lankide. ¿Cuál fue tu relación con TU lankide?

Siempre me ha gustado dibujar y escribir, y en el año 2004 publiqué un libro de tiras cómicas. A partir de ahí me puse en contacto con Javier Marcos y surgió la idea. Fue año y medio colaborando mensualmente, publicando unas tiras cómicas. Se titulaba' Koro eta Kepa ispiritu kooperatibistaren bila'. Fue una experiencia muy bonita.

¿Ya estás pensando en la segunda novela?

Así es, estoy escribiendo una nueva novela y me estoy divirtiendo mucho. Se desarrolla en la actualidad, y quiero que sea un pequeño homenaje a las series policíacas o detectivescas. Es una novela que mezcla el genero negro y esta llena de humor.

Trabajo y familia. ¿Cuándo sacas tiempo para escribir?

La única norma que necesito para escribir es estar en silencio total. Entre semana escribo muy poco y aprovecho los fines de semana, por las noches, cuando todos están en la cama. Y también en vacaciones.