Continuidad de los parques

Continuidad de los parques

Rafa Pol, Unidad de Planificación estratégica de MONDRAGON
Continuidad de los parques es el título de un cuento de Julio Cortázar, un escritor exponente del boom latinoamericano de los años 60-70 del siglo pasado que experimentó con lo que se denominó literatura fantástica. Me asalta la duda de si la sociedad actual no estará influida por esta corriente literaria.
01/09/2023

En esta brevísima historia, el autor desarrolla en paralelo una trama de ficción y otra de realidad. El protagonista de la vertiente real es el que con la lectura de una novela va desvelando la otra trama de historia fabulada. Esta persona, que podría ser cualquiera de nosotros en nuestra vida cotidiana y que muestra cierta ansiedad por conocer el desenlace del libro, avanza y avanza en la lectura hasta desencadenar sin querer, en el momento más dramático, un salto de carril entre ambas dimensiones y termina siendo víctima fatal de la historia que lee, sin que ya pueda continuar con el libro y conocer su final.

“Muy pronto, con el control social que traerán bajo el brazo la inteligencia artificial, la moneda digital o un big data pronosticador de nuestro comportamiento, será imposible discernir entre lo real y lo virtual”

Esta “continuidad” de Cortázar, o conexión entre lo real y lo que no lo es, se realiza a través de una pasarela que concatena parques frondosos con bosques espesos de ambos escenarios.

Realidad y ficción

Esta idea me parece una buena analogía del atolondramiento hacia el que nos vamos encaminando. Los escenarios y esperanzas que nos trasladan los medios de comunicación y los líderes socioeconómicos vienen a ser como ese libro de ficción al que nos enganchamos y del que ansiamos conocer el desenlace, esperando que sea el mejor posible para nosotros. Sin embargo, aún podemos darnos cuenta de que nos muestran una realidad incompleta, ya que los narradores ocultan y disfrazan hechos y datos, así como tareas pendientes o incluso algún interés inicuo que les motiva.

Es posible que muy pronto, con el control social que traerán bajo el brazo la inteligencia artificial, la moneda digital o un big data pronosticador de nuestro comportamiento, sea ya imposible para nosotros discernir entre lo real y lo virtual en aquello que nos rodea y nos convirtamos inevitablemente en nuevos protagonistas de esta historia, sin capacidad de reacción y víctimas de lo que pueda llegar desde otra dimensión a través de estas pasarelas de bosques digitales. Después de todo, hasta la trama realista del cuento de Cortázar no dejaba de ser otro plano de ficción.

En ese futuro, el preguntarse sobre qué hay de cierto en una crisis financiera, un cambio climático, una guerra en Europa, un gran reseteo, una pandemia o un asalto televisado a cualquier parlamento, estará ya fuera de lugar. La gran duda será entonces: ¿En qué va a consistir nuestra libertad?, y enlazado con esto, ¿Qué fundamentos tendrá nuestro cooperativismo?

En ese momento, quizás tampoco quede ya nadie que pueda interpretar el final de esta historia.