Elaborada por un cantero anónimo a finales del siglo XVIII presidió el cementerio de la localidad hasta que en 1842 fue trasladada  a su emplazamiento actual. Pero esta cruz, aparentemente insignificante, tiene una enigmática simbología. Fulcanelli, famoso alquimista y personaje enigmático del siglo XX, autor de varias obras de alquimia y esoterismo, entre ellas Las moradas filosofales y El misterio de las catedrales, cuya lectura recomiendo, le dedicó en esta última un capítulo, el titulado La Cruz Cíclica de Hendaia. Para Fulcanelli es un singular monumento del milenarismo primitivo que encierra un mensaje críptico apocalíptico.

En el brazo transversal de esta cruz se puede leer OCRUXAVES  PESUNICA. Una traducción clásica sería: O crux ave spes unica, es decir "Ave, oh cruz, la única esperanza". Pero la forma de las S, en forma de serpiente, y el estar separada adrede de pes (pie) además de otras pistas que sería prolijo exponer, le hizo pensar a Fulcanelli que el autor de la cruz se sirve del pes para indicarnos en clave hermética que el mensaje está en el pie o pedestal.

Periodo cíclico del mundo

Este tiene cuatro caras. En una aparece el sol con rostro humano, 16 rayos y rodeado de cuatro estrellas de tres puntas; en la siguiente la luna menguante con rostro humano; la tercera cara es una estrella de ocho puntas (Venus) y la cuarta un círculo dividido en cuatro porciones iguales dentro de cada una de las cuales hay una A. Esta cara es la que más llama la atención pues con este símbolo se expresaba en la mitología hindú y en la Edad Media las cuatro fases por las que discurría el periodo cíclico del mundo y que representan  las cuatro eras de la humanidad: oro, plata, bronce y hierro, la actual. Esta cuarta y última era para los místicos hindúes el Calgugán, una edad de infortunio, de decrepitud, de miseria y decadencia.

Jay Weidner y Vincent Bridge, especialistas estudiosos del esoterismo, publicaron un libro Los misterios de la Gran Cruz de Hendaia en el que exponían una teoría basada en los trabajos de Fulcanelli y en sus propias investigaciones, según la cual la cruz de Hendaia nos anuncia el fin de los tiempos (un tema muy de moda). Su simbología revela una época de destrucción sobre un periodo de 20 años antes de comenzar el equinoccio de otoño de 2002 cuando la alineación planetaria y solar forme una cruz de ángulos rectos. Si tenemos en cuenta que durante el siglo XXI el planeta Venus, visto desde la Tierra, circula por delante del Sol, hay un periodo en el que Tierra, Venus y Sol están alineados (en el pedestal de la cruz el Sol se encuentra opuesto a Venus)  y esto ocurre el seis de junio de 2012, y en el solsticio de invierno de 2012, esta alineación, planetaria y solar, formará una cruz de ángulos rectos.

Ya ven que no hay que recurrir a los mayas para predecir el fin de los tiempos, lo tenemos aquí cerquita, en una humilde pero enigmática cruz de Hendaia.